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Problemas para Nest en Alphabet: ingresos bajos y crisis de liderazgo
En 2014 Google compró Nest por nada menos que 3.200 millones de dólares. Los responsables de la compañía apostaban fuerte por ella, ya que está dedicada a la fabricación de termostatos inteligentes y dieron a su líder, Tony Fadell, una gran responsabilidad dentro de la compañía. Seis meses después, Nest compró una empresa de desarrollo de cámaras de videovigilancia inteligentes, Dropcam, por 550 millones de dólares. Todo parecía ir sobre ruedas para la empresa, y su CEO se comprometió a alcanzar una cifra de ingresos anuales de 300 millones de dólares. Pero casi tres años después, y ahora como entidad independiente bajo Alphabet, Nest no solo no ha cumplido con las expectativas, sino que además su CEO está cada vez más cuestionado por sus métodos y la compañía se enfrenta a una posible fuga de talentos a finales de año.
El año pasado, la compañía consiguió ingresar 340 millones de dólares en ventas, por debajo de las expectativas de Wall Street, que esperaba que ganase entre 400 y 672 millones. No obstante, y dado que supera la cantidad prometida por Fadell a Google, a primera vista podría pensarse que las cifras van bien, pero la realidad es que sólo la ha alcanzado por la venta de los dispositivos fabricados por Dropcam. Los desarrollados por Nest, que además parece estancada en cuanto a innovación y creación de novedades, no han conseguido llegar por sí solos a los 300 millones.
Pero los problemas para Nest no sólo terminan aquí, ya que podría enfrentarse a una fuga de talento este mismo año, cuando se cumple el tercero desde que su compra. Entonces, Tony Fadell, el encargado de la negociación, llegó a varios acuerdos con Google. Entre ellos hay dos claves: el primero establece los ingresos que Nest obtendría para la matriz, que acabamos de ver. El segundo consistía en una cláusula de retención destinada a los principales directivos e ingenieros de la compañía, de forma que no la dejasen y que considerasen atractiva la posibilidad de quedarse en ella, al menos durante una buena temporada.
Google se encargaría de poner en marcha las condiciones necesarias para el cumplimiento de la cláusula: determinados empleados recibirían una buena cantidad de opciones sobre acciones (según Re/Code, un total de 500 millones de dólares cada año), que irían venciendo progresivamente de forma que sus propietarios pudiesen ir transformándolas en acciones y vendiéndolas a lo largo de tres años. Este periodo concluye a finales de 2016. Y puede que los empleados de Nest y de Dropcam decidan marcharse en busca de nuevas oportunidades, debido a las formas y los métodos empleados por Tony Fadell con sus empleados.
De hecho, en Dropcam ya ha empezado el éxodo. A lo largo de las pasadas semanas han abandonado la empresa nada menos que 50 empleados. Entre ellos sus dos fundadores. Su antiguo CEO, Greg Duffy, no se llevaba nada bien con Fadell, como ha dejado varias veces, y salió de Dropcam a finales de enero de 2015. La semana pasada, varios de los trabajadores, e incluso uno de sus fundadores, fueron avergonzados en público por Tony Fadell, que comentó que «muchos de los empleados de Dropcam no son tan buenos como esperábamos» y que incluso su CEO no se había ganado el derecho a informarle a él directamente de la actividad de la compañía. Las críticas de Duffy, publicadas en Medium, no se han hecho esperar. Duffy afirma que chocó en numerosas ocasiones con Fadell mientras trabajaba para él, y además de acusar a Fadell de insultar a la plantilla de Dropcam, ha llegado a considerar un error vender en su día Dropcam a Nest.
Entre tanta polémica, no se diluye el hecho de que Nest parezca estancada a la hora de lanzar más productos, ya que apenas ha presentado novedades con respecto a los dispositivos que ya había puesto a la venta antes de entrar en Google. De seguir en la dinámica de críticas furibundas contra la plantilla de su compañía, las cosas pueden ponerse aún peor para Fadell, y que tenga que enfrentarse a una fuga de talento preocupante cuando muchos de los trabajadores y directivos clave de Nest puedan por fin vender todas sus acciones, mientras en Alphabet le piden cada vez más explicaciones por sus decepcionantes resultados.
Foto: @naro para LeWeb12 Conference, Paris
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