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Día Mundial del WiFi: reconocimiento a una tecnología que hace avanzar a la sociedad

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Día Mundial del WiFi: reconocimiento a una tecnología que hace avanzar a la sociedad

Hoy, día 20 de junio, se celebra el Día Mundial del Wifi, en reconocimiento a una tecnología de conexión que hace posible que centenares de millones de personas cuenten con acceso a Internet, o puedan conectarse a redes cercanas, en todo el mundo. Se trata de una iniciativa que surgió en 2009 de la Wireless Broadband Alliance, con el objetivo, por un lado de reconocer la importancia de esta tecnología para hacer que la sociedad avance.

Pero a la vez, esta fecha sirve para concienciar de que una buena parte de la población mundial no cuenta aún con acceso a ella. Se calcula que todavía quedan unos 2.600 millones de personas que no la tienen. Mientras tanto, hay otros 5.300 millones aproximadamente con conexión.

La tecnología WiFi permite no solo que las personas puedan tener acceso a Internet y a redes locales. También es crucial para la economía de muchas comunidades, ya que activa la economía y permite reducir la brecha digital y de conocimientos. Con la conmemoración del Día Mundial del WiFi, la Wireless Broadband Alliance espera concienciar de la falta de acceso a la WiFi en ciudades y regiones de muchas partes del planeta, de manera que surjan iniciativas que permitan llevarla hasta ellas.

El acceso a la WiFi es importante porque, aunque no se trate de una tecnología muy antigua, desde su llegada las comunidades que la utilizan han conseguido mejorar la calidad de vida. Buena parte del conocimiento y de las herramientas para trabajar o formarse están disponibles en Internet. También servicios como la banca o incluso las compras en multitud de establecimientos se realizan a través de las redes.

La WiFi permite que comunidades y personas que hasta ahora no podían acceder a determinados conocimientos y servicios, bien por la distancia hasta centros de formación o a oficinas de organismos oficiales, puedan realizarlos desde donde viven o trabajan, lo que facilita mucho su vida. Quienes no tienen por tanto acceso a la Red tienen limitaciones más que notables para realizar sus tareas cotidianas, aprender e informarse. Incluso para disfrutar del ocio.

Se calcula que el 55% de los hogares de todo el mundo cuentan con acceso a Internet, pero la distribución de la conexión es muy desigual, ya que alrededor del 80% de los hogares de muchos países en vías de desarrollo no cuentan con acceso a la Red. Para muchas personas de estos países, así como para las familias de rentas más bajas de países más desarrollados, el acceso a Internet es un lujo, cuando debería ser un bien básico. Sobre todo a raíz de lo sucedido en la pandemia, cuando los confinamientos hicieron que se desplazase la enseñanza, y muchos trabajos, a la Red.

Cómo hemos llegado hasta aquí

Los primeros pasos de la tecnología se dieron en 1997, aunque no fue hasta 1999 cuando nació oficialmente de la mano del grupo Wireless Ethernet Compatibility Alliance (WECA). Dicho grupo fue el encargado de crear el protocolo detrás de la tecnología, el IEEE 802.11b. Entonces, la velocidad de transmisión que se alcanzaba era de 11 Mbps. Pero desde entonces hasta ahora, este estándar inalámbrico ha ido evolucionando y ganando velocidad en cada versión. En la actualidad, con la WiFi 6 (WLAN IEEE 801.11ax) ya ampliamente extendida, la WiFi 7 ya esta empezando a adoptarse, la velocidad que puede alcanzar la conectividad WiFi es muy superior.

Además de la velocidad, las versiones más recientes del estándar WiFi han conseguido distintas mejoras. Por ejemplo, con 802.11ax se consiguió multiplicar por cuatro el rendimiento de la conexión con respecto a la versión anterior, y optimizarlo en entornos en los que hay un gran número de usuarios conectados, como sucede con las redes WiFI públicas de estadios, centros de comunicaciones, aulas universitarias, centros de formación o estaciones de transporte. También consiguieron reducir las interferencias en la conexión.

Todos estos avances hicieron que WiFi 6, con un ancho de banda de 160 Mhz, se convirtiese en una tecnología de conexión apta para que los usuarios de Internet pudiesen disfrutar de una experiencia mejorada al conectarse a ciertas aplicaciones, como sucede con la realidad virtual y aumentada, el streaming de vídeo o el aprendizaje a demanda. Su despliegue ha sido beneficios incluso para el medio ambiente, puesto que gracias a sus nuevas características ayuda a reducir el consumo de energía, y mejora la vida útil de los dispositivos compatibles con WiFi 6.

Pero cuando el despliegue de la WiFi 6 distaba mucho de estar terminado, llegó la siguiente versión, la WiFi 7 (IEEE 802.11.be). Se espera que este año comience su despliegue, aunque tardará todavía bastante tiempo en sustituir a la 6 en todos los ámbitos. Su ancho de banda duplica al de la versión 6 del estándar, ya que alcanza los 320 MHz. Su velocidad sube hasta los 40 Gbps gracias a su banda de 6 GHz, aunque su velocidad teórica puede alcanzar los 48 Gbps.

Esto lleva a una mejora notable en la cantidad de datos que puede transmitir, además de ofrecer una rebaja de la latencia tan notable que las transmisiones en tiempo real, o los juegos en streaming, no experimentarán prácticamente retardo con WiFi 7. Todo esto acompañado de nuevas mejoras en cuanto a eficiencia energética de los dispositivos conectados a las redes.

El impacto de la WiFi en la economía y la sociedad

Según un estudio de la WiFi Alliance, el valor global generado por la WiFi alcanzará los 4,9 billones de dólares en 2025, lo que muestra un crecimiento del 150% del mismo desde 2018. Esto quiere decir que además de un facilitador de la vida, la formación y el empleo a nivel social, la WiFi es un importante motor de la economía mundial. En concreto, en España generará para el año que viene unos 54.100 millones de dólares. También se espera que para 2025 la tecnología WiFi haya sido el origen de 4 millones de puestos de trabajo en todo el mundo.

Día Mundial del WiFi: reconocimiento a una tecnología que hace avanzar a la sociedad

En 2023, el 70% de los hombres y el 65% de las mujeres del mundo contaban con conexión a Internet. Hay 244 millones más de hombres que de mujeres con conexión, mientras que en países en vías de desarrollo, el 90% de las adolescentes y jóvenes siguen sin poder acceder a Internet. Las mujeres, además, tienen un 35% menos de posibilidades que los hombres de conseguir habilidades digitales. Por tanto, la brecha de género también existe en la conectividad WiFi.

En cuanto al uso que hacen la infancia y la juventud de la WiFi, se calcula que el 79% de los jóvenes de entre 15 y 24 años se conectan a Internet regularmente. En el punto negativo, todavía hay 1.300 millones de niños de ente 3 y 17 años que no cuentan con ninguna posibilidad de acceso a la Red.

La brecha de género no es la única que hay en cuanto al uso de la WiFi. También existe entre el mundo urbano y el rural. En las ciudades, un 81% de la población tiene acceso a Internet, mientras que en entornos rurales solo la tiene la mitad de la población. También hay una notable diferencia de uso entre el mundo considerado desarrollado y los países en vías de desarrollo, ya que en el continente africano solo el 37% de la población usa Internet.

A la vista de estas cifras, todavía queda mucho camino por recorrer hasta que la conectividad WiFi en todo el mundo se universalice. Con todas las ventajas que conlleva tanto para la economía como para la sociedad, en términos de avance en oportunidades de formación, ocio, empleo y crecimiento de la economía. De ahí la relevancia del Día Mundial del WiFi, centrado en iniciativas que impulsen la conectividad en las zonas en las que todavía no cuentan con acceso a Internet en el mundo.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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