A Fondo
Gigabyte S1080, tablet para profesionales
La Gigabyte S1080 se presenta como un tablet especialmente orientado a uso de aplicaciones profesionales que funcionan sobre la plataforma Windows. La firma asiática parte de la base netbook para ofrecer un producto muy específico, dotado de carencias importantes en términos de portabilidad o autonomía pero también con aspectos diferenciales que pueden aportar un gran valor añadido para determinado perfil de usuarios. Analizamos a fondo qué puede ofrecer la última propuesta de Gigabyte.
La Gigabyte S1080 se presenta como un tablet especialmente orientado a uso de aplicaciones profesionales que funcionan sobre la plataforma Windows. La firma asiática parte de la base netbook para ofrecer un producto muy específico, dotado de carencias importantes en términos de portabilidad o autonomía pero también con aspectos diferenciales que pueden aportar un gran valor añadido para determinado perfil de usuarios. Analizamos a fondo qué puede ofrecer la última propuesta de Gigabyte.
En un primer contacto, la Gigabyte S1080 presenta una apariencia tosca y pesada, especialmente comparada con las últimas tablets en llegar al mercado. El diseño apuesta por la robustez, con un chasis muy resistente que da soporte a unas opciones de conectividad que sitúan al producto más cerca de un portátil que de un tablet: conector de video VGA, puertos USB 2.0 y 3.0, ranura para tarjetas SD, toma Ethernet, ranura para SIM y conectores de audio.
Ficha técnica
Sobre una placa similar a la de cualquier netbook del mercado, Gigabyte ha instalado un procesador Intel Atom N570 de doble núcleo, 2 Gbytes de memoria RAM DDR3 y un disco duro SATA de 320 Gbytes a 5.400 RPM. En nuestra opinión, es una lástima que un equipo de este perfil no monte una unidad SSD, al menos como opción. El disco duro mecánico es lento, se calienta y será un hándicap importante para la autonomía del dispositivo, como comprobaríamos a posteriori. Elementos como una webcam integrada, conectividad WiFi, Bluetooth y 3G y altavoces estéreo completan su configuración de serie. El aparato viene con el sistema operativo Windows 7 Home Premium preinstalado (y no la versión Starter, obligatoria en netbooks).
El equipo que analizamos incorpora una pantalla de 10,1 pulgadas, tecnología capacitiva y un panel que ofrece una resolución nativa de 1.024 x 600. Lamentablemente, su ángulo de visualización es muy pobre, la resolución debería ser más alta y su nivel de brillo hace realmente complicado el uso del equipo en exteriores.
Para mejorar la experiencia de usuario con Windows 7, Gigabyte ha incorporado soluciones de hardware (un pequeño trackpad óptico y dos botones) y de software, con un conjunto de aplicaciones propietarias que facilitan el acceso directo a algunas opciones de Windows. Aunque la usabilidad del sistema está muy lejos de lo que ofrecen Android o iOS, es el precio a pagar -al menos por el momento- si necesitamos ejecutar cualquier aplicación Windows en un dispositivo en formato tablet.
En la práctica, el dispositivo mueve perfectamente el sistema operativo y prácticamente cualquier aplicación, exceptuando aquellas especialmente exigentes con el procesador o el chip gráfico. No nos convence el sistema de refrigeración (necesario, dada su configuración), demasiado ruidoso y casi siempre en funcionamiento, aunque la carga de trabajo sea muy baja.
Un panel del 10 pulgadas, un disco duro mecánico y un procesador de netbook necesitan mucha energía para funcionar así que no esperábamos un gran resultado en los test de autonomía. En nuestras pruebas no conseguimos superar las 3 horas de uso normal (carga media, WiFi activado) y sólo bajando el brillo y desactivando la conectividad se puede mejorar algo esta cifra.
Conclusiones
El Gigabyte S1080 es un producto enfocado a nichos especificos, profesionales que necesitan ejecutar aplicaciones Windows sobre un dispositivo relativamente ligero, robusto y fácil de usar. En este sentido y teniendo en cuenta los 508 euros que cuesta, puede ser un sustitutivo interesante de netbooks equivalentes, con la ventaja de la integración, la pantalla táctil y su excelente conectividad.
En su contra, una configuración de hardware que penaliza gravemente dos pilares fundamentales del concepto tablet: la autonomía y la portabilidad. A esto debemos sumar un sistema operativo que no está diseñado para uso táctil y un apartado gráfico muy modesto. En definitiva y como ya hemos comentado, la Gigabyte S1080 se parece mucho más a un netbook sin teclado que a los tablets que estamos acostumbrados a ver en los últimos meses.
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