Google y su «cultura de la privacidad»

El pasado miércoles, una de las noticias tecnológicas del día fue la unificación de las políticas de privacidad del gigante Google, que dejaba atrás más de 60 condiciones diferentes, prácticamente una por servicio, para simplificar el contrato que tiene con todos sus usuarios. En resumen, Google tratará a todos sus usuarios de manera única, integrando su perfil con todos sus serivicios.

La medida despertó algunas dudas, pues es de carácter obligatorio y la opción contraria que deja es la eliminación de la cuenta. A cambio, la experiencia que proporcionará la compañía será de verdadera plataforma en materias de privacidad, algo que lleva construyendo desde la salida de Google+ a la calle.

No ha sido un paso a la ligera, todo lo contrario. Si bien Google nunca ha tenido fallos graves en cuestiones de seguridad y privacidad, lo vivido tras el lanzamiento del ya defenestrado Buzz, hizo recapacitar a la compañía de Mountain View. Fue entonces cuando contrataron a Alma Whitten como directora de privacidad.

Whitten llegó a Google para poner orden en el caos de las políticas de privacidad de la empresa, que realizaba una revisión de condiciones por cada nuevo producto lanzado al mercado. «Una cacofonía, en lugar de un mensaje armonizado que aportara una guía sólida«, decía Whitten.

A partir de su llegada se creó el Grupo de Trabajo de Privacidad, completado por expertos en diversos campos relacionados con la privacidad del los datos, anonimato, ubicación o publicidad. Un gran grupo dividido en otros más pequeños, encargados no solo de redactar las condiciones, también de asegurarse de que el software hace lo que debe y no llega más allá; controlando el trabajo de los ingenieros.

«No queremos tener una situación en la que se esté tomando una decisión sobre algo sensible, en la que alguien piense que el código está haciendo una cosa, pero en realidad está haciendo algo más«, comentaba Alma Whitten en una entrevista concedida el mes pasado, rescatada ahora por CNNExpansión. Y Whitten instauró lo que llama «cultura de privacidad«: «Hemos hecho un progreso increíble en este último año. Hemos construido el auto, y ahora simplemente lo estamos afinando«.

Así se ha fraguado su nueva política de privacidad de Google, a la que las autoridades de medio mundo tienen en el punto de mira por acontecimientos que van más allá del chasco de Buzz.

«Nuestros usuarios son nuestro mayor activo como empresa, ésa es la cuestión número uno en la que no podemos fallar. Es por eso que asegurarme de que Google tenga un proceso de privacidad realmente bueno me ayuda a dormir por la noche«, apuntilla Whitten.

Ahora toca comprobar que efectivamente así sea. De momento Google ya ha comenzado una campaña informativa multitudinaria en Estados Unidos, a falta de que la notificación le llegue a todos sus usuarios a lo largo del globo. Ojos no van a faltar.