Opinión
Preparar el terreno antes de proyectar el cloud
Santiago Madruga, country manager de Red Hat para España y Portugal.
Si habla con cualquier responsable de TI hoy en día, la conversación seguramente se centrará en cloud computing. La cloud es uno de esos temas recurrentes que periódicamente llegan al mercado. En este caso, esta tendencia está claramente impulsada por el software open source y la virtualización.
EL cloud computing abre interesantes oportunidades a las organizaciones para reducir sus costes e implementar herramientas de negocio que previamente estaban fuera de su alcance. Sin embargo, es importante no dejarse llevar demasiado pronto. Sentar una sólida base previa permitirá aprovechar al máximo los beneficios del cloud computing en los próximos años.
Evolución, no revolución
Como cualquier desarrollo de TI, pasar a la nube no es un proyecto simple. El progreso debe hacerse a un ritmo cómodo para el adoptante, garantizando que la portabilidad, facilidad de gestión e interoperabilidad permanezcan constantes en el entorno de TI. La estrategia de cloud deberá tanto tener en cuenta las inversiones anteriores en infraestructura como permitir la adopción de nuevas tecnologías para satisfacer necesidades actuales y ampliar la infraestructura cloud cuando el presupuesto lo permita. La flexibilidad inherente a las soluciones open source es ideal para este enfoque evolutivo.
El cloud computing es muy dinámico, lo suficientemente flexible como para manejar cargas de trabajo de muy distintos tamaños, creciendo y disminuyendo según las necesidades del momento. También es un sistema móvil, con aplicaciones que se ejecutan desde diferentes ubicaciones, todas en diferentes puntos de su ciclo de vida de desarrollo.
En su base, el cloud computing consiste en la gestión de lotes de imágenes virtualizadas- nombrándolas, almacenándolas, controlando versiones, etc.– y cuantas más imágenes tengas, más difícil será configurarlas. Gestionar las múltiples versiones de imágenes, actualizarlas, pachearlas y configurarlas nunca será una tarea simple.
Los beneficios de la estandarización
Con estos requisitos de gestión de sistema tan complejos, la estandarización, apoyada por un entorno operativo común o estándar (SOE) es primordial. Tener un entorno operativo estándar es esencial para obtener el máximo beneficio del cloud computing. Ayuda a gestionar y contener las complejidades que inevitablemente surgen cuando se extienden configuraciones variadas a través del entorno de TI y se multiplican los sistemas aislados y las configuraciones de uso único.
La estrategia de Red Hat consiste en establecer un entorno operativo estándar como paso obligatorio hacia el cloud computing. Tan pronto como el número de plataformas empieza a crecer, merece la pena dedicarle tiempo y esfuerzo para revisar los procesos y sistemas existentes y planificar un entorno operativo estándar. De hecho, sin la estandarización de plataformas y procesos, es imposible sacar provecho de todos los beneficios que el cloud computing proporciona.
Nuestro punto de vista es simplemente que no tiene sentido invertir tiempo y energía en transferir soluciones y procesos imperfectos a la nube.
No seguir reinventando la rueda
Es un hecho que la mayoría de las infraestructuras de TI han ideo creciendo ad hoc a lo largo de los años, con un nuevo servidor aquí, con almacenamiento extra allá, etc. Pocos gestores de TI tienen el lujo de empezar desde cero en el diseño de la infraestructura que soporta su negocio. Crear un entorno operativo estándar asegura la estabilidad en la granja de servidores y elimina las configuraciones aisladas y fragmentadas que se comen los recursos administrativos.
Capturar y mantener el conocimiento de los sistemas de TI de forma constante ayuda a crear procesos de gestión de sistemas viable y sostenible, con todos los beneficios de eficiencia y las impresionantes economías de escala que proporciona la repetición. La automatización proporciona procesos repetitivos y estándares para la gestión de sistemas de TI, lo que a su vez minimiza y puede incluso eliminar completamente las intervenciones manuales que requieren mucho tiempo.
En los últimos años, numerosos usuarios han aumentado sus granjas de Linux, desde unos pocos sistemas físicos hasta alcanzar miles de plataformas virtualizadas, que ejecutan múltiples cargas de trabajo. Sin un entorno de gestión escalable o SOE, superar los cincuenta sistemas y que cada uno ejecute dos o más cargas de trabajo, es sencillamente imposible.
Una base esencial para migrar a la nube
El objetivo de crear un entorno operativo estándar es desarrollar normas que puedan aplicarse durante las migraciones futuras, lo que significa que los recursos pueden redirigirse a desarrollar otras iniciativas innovadoras y estratégicas que aporten valor.
Con los centros de datos cada día más virtualizados, el entorno operativo estándar ha ido abarcado cada día más plataformas virtuales (versiones, herramientas de implementación…). Ir más allá del SOE y añadir funcionalidades adicionales, como autoservicio y medición, permite alcanzar una solución cloud completa.
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