Opinión
A la caza del tesoro Big Data: tecnología de hoy para dominar la información de mañana
Rocío Motilla, BI & Analytics Sales Leader de Oracle Ibérica.
Cada diez minutos, se generan 5.000 millones de gigabytes en todo el mundo. Cada segundo, se sube a Youtube una nueva hora de vídeo. Cada día, se envían en el mundo 294.000 millones de emails. Las previsiones apuntan a que el volumen de datos en 20 años habrá crecido un 1.845 % respecto a 2012 (lo que supone llegar a los ¡35 millones de petabytes!).
Un crecimiento exponencial de la información de esta magnitud, origen del fenómeno Big Data, ha dado lugar a un nuevo mundo en el que no solo las personas, sino también millones de dispositivos se conectan a internet y transmiten sus propios datos a la red global. Todos estos datos provienen de las redes sociales, los teléfonos móviles (más de 5.000 millones en todo el mundo), los sistemas de telemedición, las transacciones on-line, el correo electrónico… El actual crecimiento de la información se distingue por su volumen, diversidad y velocidad. Y la característica principal de todos estos datos es que, en un 80%, se trata de información no estructurada, lo que añade complejidad a su uso y explotación en los entornos empresariales.
Afortunadamente, la capacidad de computación también ha crecido de forma exponencial: en diez años, la potencia de procesamiento de los ordenadores será equivalente a 8.000 millones de cerebros humanos. Pero, para extraer el máximo valor de estos enormes volúmenes, las herramientas tradicionales orientadas a los datos estructurados, creados y almacenados por las propias organizaciones (información de clientes en los sistemas CRM, datos operaciones en los ERPs o datos financieros de las bases de datos de contabilidad), ya no son suficientes, sino que deben complementarse con herramientas de análisis avanzadas y orientadas al tiempo real.
La explotación eficaz de los Big Data ofrece a las empresas posibilidades tan interesantes como el análisis de “sentimientos” de los usuarios de redes sociales respecto a las marcas o productos concretos, la modelización del riesgo en compañías del sector financiero, la detección del fraude o el análisis de las tasas de abandono de clientes.
En España, se distinguen dos tipos de empresas respecto a la adopción de las tecnologías Big Data. Por un lado, los early adopters, que han puesto en marcha ya algún proyecto de este tipo –aunque sea en fase piloto- para incrementar la eficiencia y la productividad en procesos críticos de su negocio. Por otro, el gran grupo de los rezagados, que están a la expectativa para comprobar primero los resultados que obtengan las empresas pioneras. No obstante, España es uno de los países líderes en uso de redes sociales, una de las principales fuentes de las que se nutre Big Data. Facebook celebró recientemente los 1.000 millones de usuarios en todo el mundo y, en nuestro país, la red social supera los 16 millones de perfiles registrados. Particularmente relevante es el caso de Twitter: España, con once millones de cuentas, es el segundo país europeo más activo en esta red y figura entre los nueve países de todo el mundo con más tuiteros.
Todos estos jóvenes que usan las redes sociales como parte de su cotidianeidad se están incorporando ya al mundo laboral. Esta renovación generacional, protagonizada por los nativos digitales que nacieron en la era de internet y que en unos años serán los responsables de la toma de decisiones empresariales, facilitará la adopción de la filosofía Big Data. Para ellos, será mucho más fácil entender la importancia de los datos no estructurados, ya que hoy no se trata de tomar decisiones basadas únicamente en lo que pasa dentro de tu empresa, sino que, para actuar rápido y con inteligencia, se debe escuchar también lo que ocurre fuera: en las redes, entre los proveedores, entre los socios, en la competencia…
Big Data traerá por tanto un cambio en la visión del negocio. El valor diferencial de las nuevas tecnologías orientadas al análisis y explotación de los Big Data es la capacidad para hacer predicciones y poder así tomar decisiones en tiempo real. De este modo, a las 3Vs tradicionales de los Big Data (velocidad, volumen, variedad) le añadiríamos la cuarta y más importante: el valor de los datos.
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