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Mónico Sánchez, el ingeniero español que colaboró en el primer teléfono móvil de la historia

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Mónico Sánchez, el ingeniero español que colaboró en el primer teléfono móvil de la historia

Su nombre no resulta conocido, pese a haber sido una de las mentes brillantes del siglo XX. Mónico Sánchez puede pasar totalmente desapercibido, pero al conocer su historia nos damos cuenta de que su aportación a la ciencia ha sido cuanto menos interesante. Nacido en el año 1880 en un pueblo perdido de Ciudad Real, Sánchez no obtuvo el bachillerato elemental, aunque eso no importó demasiado.

Cuando tenía 21 años su curiosidad lo llevó a emigrar a Madrid para estudiar ingeniería eléctrica. Al llegar a la capital, descubrió que la escuela de ingenieros industriales estaba cerrada a causa de una huelga estudiantil. Lejos de renunciar a su sueño, decidió matricularse en un curso a distancia de electrotecnia impartido desde Londres por el ingeniero Joseph Wetzler. A pesar de que no sabía ingles, Sánchez superó el curso de forma brillante y Wetzler lo recomendó para un puesto en una empresa eléctrica de Nueva York.

Llegó a la Gran Manzana con tan sólo 23 años y allí comenzó a trabajar como ingeniero de la Van Houten and Ten Broeck Company, dedicada a la aplicación de la electricidad en los hospitales. En esta empresa creó un aparato de rayos X portátil que apenas pesaba 10 kilogramos, frente a los 400 de los equipos tradicionales.

Aquí no queda su aportación a la ciencia. Posteriormente, Frederick Collins lo contrató en su empresa, la Collins Wireless Telephone Company, donde participó en el desarrollo de un teléfono sin hilos capaz de comunicarse a más de cien kilómetros. Desgraciadamente este aparato se calentaba rápidamente y comenzaba a arder a los quince minutos de conversación. Collins intentó vender su aparato como una realidad y fue acusado de estafa.

Cuando el escándalo estalló, Sánchez ya había abandonado la empresa. En 1912 decidió regresar a España y emplear parte de su enorme fortuna en crear un centro de alta tecnología en Piedrabuena, su pueblo natal. Apenas un año más tarde, el centro era ya una realidad y casi todo el pueblo disponía de electricidad gracias a la central que Mónico Sánchez ordenó construir.

Hoy en MuyComputerPro hemos querido rendirle un pequeño homenaje a este singular inventor, curiosa mente que, sin duda, marcó un antes y un después en la ciencia.

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