¿Cómo controlar una nube a escala?

Siempre que aparece una nueva tecnología se produce la misma reacción: no todas las empresas están igual de dispuestas a adoptarla. Muchas veces esta reticencia a aceptar y adoptar lo nuevo provoca que cuando se toma la decisión se haga mal, sin tener todos los factores en cuenta. Algo así está pasando con el cloud. Muchas empresas apuestan primero por un servicio gratuito que muchas veces no se ajusta a todas necesidades y no ayuda en el día a día.

En CIO publican las conclusiones extraídas de un encuentro reciente entre expertos en tecnología cloud, una de sus conclusiones más claras es que el despliegue de un servicio cloud a pequeña escala es relativamente sencillo. El problema viene cuando esa primera implementación tiene que ampliarse. «Es muy complejo» comentaba la analista de IDC Mary Turner, que asesora a las empresas sobre estrategias cloud. «En las primeras etapas del cloud primero hacemos multitud de pruebas y de desarrollo de aplicaciones. Estamos llegando a un punto donde la gente se da cuenta de la agilidad que tiene el cloud y ahora pueden escalarlo«.

Según el panel de expertos que se reunió en la cumbre sobre cloud computing celebrada en el MIT, hay cinco claves importante a la hora hora de adoptar un modelo cloud a escala.

Una gestión de cuentas consolidada

Una de las situaciones que se repite en muchas empresas es que a la hora de adoptar un nuevo servicio cloud, se suele hacer sin la supervisión del departamento IT. Un grupo de empleados decide registrarse en un nuevo servicio de nube pública y utilizarlo por su cuenta. Entonces puede llegar a darse la situación en la que incluso cada empleado tenga una cuenta propia y que se usen diferentes servicios públicos, como pueden ser Amazon Web Service o Dropbox. Cuando llega el momento en el que el departamento IT quiere tomar posesión de estas cuentas, se encuentra con varias cuentas, distintas contraseñas y servicios. Por eso es importante dar con un servicio que permita la gestión simultánea de varias cuentas, además que de la posibilidad de proporcionar diferentes permisos a los distintos usuarios.

«Encender las luces«

¿Que hacen con nuestros datos? Es normal que en las grandes empresas se hagan esta pregunta, sobre todo cuando se contrata un servicio externalizado. Una solución podría ser «traer la nube a casa», pero esta solución incurriría en grandes costes de mantenimiento y soporte, es por eso que los servicios de terceros son mucho más flexible. En ese caso deberemos asegurarnos que de los parámetros de control de la empresa con la que se contrata el servicio en la nube estén lo suficientemente claros.

Servicios como el de AWS con CloudWatch, te permite controlar que recursos de tu nube se están utilizando en cada momento, de esta forma el gestor IT puede «encenderlos» o «apagarlos» cuando lo necesite y así asegurar que se hace con la información de la empresa en todo momento.

Ajusta tus recursos

Hoy en día cualquier compañía de servicios IaaS ofrece a los proveedores un «menú a la carta» en el que pueden elegir la máquina virtual que más se le ajusta a sus necesidades, así como el tamaño de la plataforma de almacenamiento. A la hora de elegir, los clientes tienen que tener claro cuales son sus necesidades y su presupuesto.

Tenga cuidado de los vecinos ruidosos

Cuando se opta por la nube pública hay que tener en cuenta que los recursos se compartirán con otras empresas que también sean clientes del proveedor. Esta es la razón por la que los IaaS públicos son tan baratos, por que de esta forma los proveedores gestionan los costes.

Hay que tener en cuenta que aplicaciones y recursos serán las que se compartan en este tipo de servicios ya que habrá ocasiones en las que no disfruten te «toda la máquina» por lo que la gestión de aplicaciones o gestión de recursos se vea realentizada.