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La tecnología empresarial del futuro

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En estos tiempos de cambios acelerados, en gran medida impulsados por los avances tecnológicos, es muy importante para los empresarios y directivos de cualquier área funcional, escuchar la voz de los investigadores más avanzados en tecnología. Conocer las tecnologías del presente, pero, sobre todo, conocer cuáles son las líneas de investigación y las expectativas de evolución de esas tecnologías que puedan afectar a nuestra empresa, son elementos clave para orientar correctamente la gestión sin que, además, haya demasiado tiempo para la adaptación a los cambios dada la velocidad con que ocurren.

En la actualidad, toda la información la estamos gestionando mediante los actuales ordenadores programables (que funcionan en base a instrucciones expresas previas), pero el crecimiento exponencial de esa información a partir de datos no estructurados ni certificados, apunta claramente a que esos ordenadores no serán capaces de discriminar, tratar, almacenar, seleccionar, en definitiva, gestionar, correctamente la información en los próximos años.

«El futuro», según decía Salvador Martínez, IBM Global Managing Director, «pasa por ordenadores tipo Watson», y ese futuro está más cerca que nunca (esto lo digo yo), porque hoy se puede leer en The New York Times, que IBM pretende llevar la inteligencia de su superordenador Watson a la nube para animar a la creación de aplicaciones.

El nuevo proyecto de IBM consistirá en llevar la inteligencia de este superordenador a la nube por “una pequeña fracción del coste anterior” y “con más del doble de potencia”. De este modo, los desarrolladores podrán acceder a su API y toda una serie de herramientas con las que crear sus propias aplicaciones y explorar nuevas soluciones que faciliten la vida de los usuarios. Este servicio cloud incluirá, además, material educativo e incluso una tienda de software.

La «sangre electrónica» de IBM

chips

Pero IBM tiene más investigaciones abiertas, que serán claves para la tecnología empresarial del futuro. Una de ellas es la creación de ordenadores energizados y enfriados por líquido, tal y como lo hace el cerebro humano.

Hace unas semanas, el gigante azul dio a conocer un prototipo de un nuevo ordenador inspirado el cerebro humano. Concretamente, un par de científicos de la compañía buscan la forma de reducir el tamaño de los superordenadores para ponerlos encima de tu escritorio. La clave está en un líquido capaz de transportar energía y refrigerar a la vez. Llega la «sangre electrónica».

“Queremos instalar un superordenador en un terrón de azúcar. Para hacer eso, necesitamos un cambio de paradigma en la electrónica”. Con esta declaración de intenciones, el Doctor Bruno Michel simplifica la explicación del proyecto en el que está trabajando junto al Doctor Patrick Ruch para IBM. La idea es llevar un superordenador que hoy ocuparía la mitad de un estadio a un escritorio en el año 2060. ¿Cuál es la clave para reducir tanto el tamaño de la máquina? La palabra clave es “eficiencia”.

Actualmente, los ordenadores utilizan tan sólo el 1% de su volumen para procesar información. El resto del espacio es utilizado para alimentar y refrigerar el ordenador. Por otra parte, según los científicos, el cerebro humano es capaz de utilizar tan sólo el 10% de su volumen para esas tareas, utilizando el resto para procesar una gran cantidad de información, convirtiéndose en una máquina de cálculo perfecta situada en un espacio pequeño y que utiliza sólo 20 vatios.

Según Michel y Ruch, todo pasa por encontrar un líquido que haga las veces de ‘sangre electrónica’. Un líquido que permita transportar la energía hasta los chips del ordenador y que se lleve el calor generado. De esta forma, se podría reducir el volumen de un ordenador, ya que no sería necesario ocupar grandes espacios con dispositivos para refrigerar los componentes electrónicos y, además, los chips se podrían colocar en bloques.

Sin embargo, actualmente esta última idea es impensable debido al calor que se genera en el interior de un ordenador, un líquido que pasara a través de pequeños tubos entre cada uno de los chips haría posible reducir considerablemente el volumen de una máquina.

IBM ya trabajó en este sentido con el sistema Aquasar, pero ahora busca la evolución con un líquido que, además, sea capaz de transportar energía hasta los componentes del equipo. Al igual que la sangre transporta azúcar para llevarse después los residuos, IBM trabaja con el vanadio que, en estado líquido, sería cargado con electrodos y bombeado hacia el ordenador, hasta donde llevaría la energía necesaria para que sus componentes funcionen.

Enterprise 20/20

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En este sentido, la compañía HP también está trabajando duro para sacarle brillo a su bola de cristal. Para ello, se ha codeado con los mejores visionarios del mundo empresarial, a nivel mundial, líderes de distintas industrias y los mejores expertos en tecnología para encontrar los aspectos clave para que una empresa no sólo supere los retos futuros, sino que triunfe en el año 2020 y más allá.

Este esfuerzo realizado también por sus empleados, clientes y partners a nivel mundial pertenece al nuevo proyecto de la compañía Enterprise 20/20. Se trata de un informe completo donde se cubren todos los factores a tener en cuenta. Este análisis ha desvelado, también, cuáles serán las necesidades de las empresas y las personas en el años 2020 y el papel que tendrá la tecnología.

El proyecto lo dio a conocer Enrique Solbes, vicepresidente de HP, en el XXVII Encuentro de las Telecomunicaciones celebrado el pasado mes de septiembre en Madrid. Las tendencias que pronostica:

-Surgirá una potente clase media en países emergentes como China, India, Brasil y Rusia a la expansión de las megalópolis, con un 60% de la población mundial habitando en ciudades.

Las conexiones entre personas, máquinas y lugares serán cada vez más intensas y fluidas. «La tecnología trabajará para nosotros, ayudando a maximizar unos recursos escasos, a procesar ingentes cantidades de información y a transformarla en conocimiento útil para las personas y las empresas», destacó Enrique Solbes.

-El movimiento Big Data continuará su marcha imparable: la cantidad de datos en el mundo se incrementará un x44 respecto a los del 2009, alcanzando un universo digital de 35 ZB en 2020.

-Contaremos con un hardware más inteligente y los data centers estarán automatizados completamente.

-La seguridad del mundo digital será una de las principales preocupaciones. Por ello, los sistemas de seguridad emplearán la inteligencia proactiva, identificando los riesgos de ataque antes que cualquier humano.

-En las empresas: las nuevas capacidades de análisis -a una velocidad y escala inimaginable hoy- permitirán mejorar el conocimiento sobre los clientes y anticipar los cambios en el mercado.

-Aparecerá el marketing en tiempo real y el conocimiento desde la información.

-Uno de los aspectos que más va a evolucionar será la forma en la que trabajamos y los Recursos Humanos, todo evolucionará hacia un rol de gestión en comunidad.

-La generación de los ‘Millennials’ (no han conocido el mundo sin Google) será la que mayor impacto tenga en la forma de trabajar y dé forma al empleado de 2020: ágil, conectado y móvil.

-Otro cambio a tener en cuenta será la formación de equipos de negocio integrados por los mejores profesionales, no pertenecerán a una empresa concreta, sino que se unirán en clusters para ofrecer un producto o servicio al mercado.

Adaptarse sí o sí

La tecnología empresarial del futuro

Uno de los problemas principales a los que se enfrentarán tanto las medianas como las grandes empresas en el futuro, será al incremento de la potencia, el almacenamiento y el ancho de banda disponible a través de la «nube» a un bajo coste.

Las compañías seguirán acumulando crecientes volúmenes de datos, procedentes de una gran variedad de fuentes cada vez a mayor ritmo, tendencia conocida como «Big Data». Además, el aumento del uso del vídeo y las redes sociales como herramientas de comunicación también se expandirá entre las empresas. De hecho, estas tecnologías ya existen y mientras las nuevas tecnologías ya están probablemente emergiendo, serán las nuevas formas de aplicación de las actuales las que llevarán a un cambio radical en los modelos empresariales.

Hace un tiempo Carsten Bruhn, Vicepresidente Ejecutivo de Ricoh Europe, pronunció las siguientes palabras con las que nos quedamos:

«Las nuevas tecnologías por sí mismas no ayudarán necesariamente a las empresas a mantenerse al día con los cambios necesarios para sobrevivir y crecer. Son los procesos empresariales que hay detrás de la tecnología los que deben ser revisados y optimizados para añadir un valor empresarial real. En el centro de este cambio, una empresa debe asegurarse de que sus procesos conectan a las personas con la información, permiten una mayor colaboración y alientan a compartir conocimientos. Los líderes empresariales tienen que elegir socios que les ayuden a implementar los cambios de un modo efectivo en el tiempo. Ya no es viable implementar las nuevas tecnologías simplemente para aprovechar las ganancias en eficiencia a corto plazo».

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