A Fondo
La crisis económica cambia el modelo de pago de los españoles
Tecnocom y Analistas Financieros Internacionales (AFI), han presentado el Informe Tecnocom sobre Tendencias en Medios de Pago 2013 que, por tercer año consecutivo analiza la evolución de los medios de pago en España y en seis países de América Latina (Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y República Dominicana).
La tercera edición del informe reafirma el proceso de renovación que viven el sector de medios de pago en la América Latina y la Penísula Ibérica. En esta última, se observa un proceso de sustitución gradual de los instrumentos basados en papel, aunque el volumen de uso de transferencias de crédito, débitos directos y pagos con tarjetas no compensa la caída del uso de cheques y efectivo
En España, las entidades financieras abordan la última fase del proceso de restructuración, reforzada por la propia dinámica innovadora de los pagos. La transformación del sector derivará en una especialización progresiva de los negocios de emisión, procesamiento y adquisición así como en la reordenación del sector financiero. Por su parte, América Latina asiste a un proceso gradual de sustitución de los instrumentos de pago basados en papel por otros medios y canales como Internet y el teléfono móvil.
El uso de los medios de pago refleja la incidencia del entorno económico en los patrones de consumo de la población
Según el informe, la crisis económica sigue teniendo un fuerte impacto en los patrones de consumo en la Península Ibérica, que incide en la frecuencia de uso de diferentes instrumentos de pago. En España, las operaciones de pago pasaron de 2.192.5 millardos de euros en 2007 a 1.788,9 millardos de euros en 2012. El pago en efectivo creció un 2,6% en 2012, ascendiendo a un total de 103.000 millones de euros, si bien el ritmo de crecimiento se ralentizó respecto al crecimiento del 5% registrado por el Banco de España en ediciones anteriores. El caso de los débitos directos es singular en España y han aumentado su participación gracias a su concepción de mecanismo de control del gasto.
En paralelo, han ganado relevancia otros instrumentos de pago electrónico como las transferencias y las tarjetas, impulsados por la generalización del uso de la banca online y móvil, si bien el los últimos años ha bajado el número de tarjetas e circulación. En 2008 se alcanzó la cifra record de 76,4 millones de tarjetas, que se redujo en 7,5 millones de tarjetas en 2012, fundamentalmente como consecuencia de la integración de algunas entidades financieras y la migración de las tarjetas estándar EMV a las tarjetas sin contacto. Además, algunas entidades aumentaron las comisiones para compensar la caída de ingresos de intermediación, lo que llevó a muchos usuarios a no renovar algunas tarjetas. Las tarjetas de crédito, que son las más numerosas, disminuyeron un 1.3% mientras que las de débito aumentaron por encima del 1.4%.
En conjunto, el número de operaciones de compra aumentó en España un 1% en 2012, muy por debajo de las registradas en el periodo anterior. En paralelo, se registraron 585.000 operaciones fraudulentas con tarjeta, cuya concurrencia aumenta año tras año, más del 0,2% entre 2011y 2012, especialmente en la transacciones no presenciales.
En América Latina las transferencia de crédito representaron el 79,1% del total de las operaciones de pago registradas en 2012, 9,8 billones de dólares (USD), mientras que los débitos directos representaron sólo 24,5 millardos de dólares. En esta región las tarjetas de crédito y de débito han ganado importancia durante los últimos años, pasando a representar el 4,1% del total de las transacciones. A ellas se unen las emitidas por las casas comerciales que, en el caso de Chile, superan a las emitidas por las entidades financieras. Las tarjetas se utilizaron en el 60,7% de las transacciones, mientras que los pagos con cheque bajan y se sustituyen gradualmente por las transferencias electrónicas de crédito, que ocupan la segunda posición. En cuanto a los débitos directos, su número sigue siendo muy reducido si bien experimentaron un notable crecimiento relativo, que paso del 0,1% en 2007 al 0,5% en 2012.
Banca online y móvil
El informe registra, a ambos lados del Atlántico, un mayor protagonismo de la banca por internet y móvil y el incremento del uso de dispositivos móviles, especialmente smartphones. Esta tendencia resulta más relevante en América Latina gracias a su potencial para impactar a millones de personas y permitir la inclusión financiera de segmentos sub-atendidos o no atendidos por los medios tradicionales. En este punto, en 2017 se estima que la penetración del móvil superará el 60% de la población latinoamericana y permitirá a los consumidores actualmente excluidos del sistema financiero puedan acceder al comercio móvil.
Internet y la banca móvil impulsan la retroalimentación existente entre las telecomunicaciones y la banca para el desarrollo de nuevos negocios digitales.
Comercio electrónico
El volumen alcanzado por el e-commerce en España se ha duplicado en los últimos cinco años y el número de operaciones registradas por este canal en 2012 superó los 151,5 millones, con unas ventas de 13,4 millardos de dólares, un 13,6% más que en 2011 y un 42,8% más que en 2010.
En América Latina también se han duplicado la ventas por este canal en los últimos años, en línea con la mejora de los índices de inclusión financiera –bancarización y uso de medios de pago- y la mayor seguridad del canal, de hecho los bancarizados son los principales compradores online en todos los países.
Entorno cambiante
Según el informe, el consumidor se sitúa en un entorno cambiante, caracterizado por dos grandes tendencias. De una parte, la bancarización y la inclusión financiera están atrayendo a segmentos de la población con patrones de uso distintos a los tradicionales. De otra, el creciente del comercio electrónico y la telefonía móvil facilitan las operaciones de pequeña cuantía –micro pagos-, y tienden a la coexistencia con tarjetas físicas y virtuales.
Ambas tendencias condicionan la reducción de los costes de procesamiento para favorecer los pagos de menor importe. En este contexto se observa un panorama donde la intensa concentración de emisores ha dado como resultado algunas entidades de gran tamaño que han internalizado el grueso de las tareas de procesamiento. En paralelo, la concentración de la industria de procesamiento permite a los emisores más pequeños beneficiarse de economías de escala.
La evolución de la industria de las tarjetas plantea un entorno que tiende a mayores volúmenes transaccionales y menores importes promedio, márgenes más estrechos y mayor intensidad en el grado de competencia tecnológica, que obliga a los servicios de procesamiento a intensificar su capacidad tecnológica y a garantizar la seguridad de las transacciones.
Las tarjetas y sus usuarios
El análisis de la demanda de medios de pago permite constatar una mejoría generalizada del número de titulares de tarjetas entre la población bancarizada de América Latina, si bien no se consigue llegar consistentemente a masas nuevas de población. Destaca Brasil, donde 2 de cada 3 personas disponen de algún “plástico”, seguido por Chile y Colombia, donde más de la mitad de la población dispone de algún medio de pago.
Por tipología, tanto el crédito como el débito crecen en casi todos los casos, siendo este último la modalidad que se está posicionado como el medio de pago más popular en comercios después del efectivo. En España, el retroceso registrado por el debito –pierde 4 puntos respecto al año anterior- se justifica en la integración de algunas entidades financieras, ya que entre un 20% y un 30% de la población lo utiliza como forma de pago más habitual.
Esta modalidad en la pago la utilizan un 20% de los brasileños en sus compra de alimentación, hogar, ocio y ropa o moda. Su uso crece en línea con su penetración, existiendo una clara correlación entre su posesión y uso mensual, así cerca del 87% de quienes poseen una tarjeta de débito la utiliza mensualmente. Si embargo, a una menor penetración, mayor en la influencia de las tarjetas de débito en la elección de la entidad financiera.
La perspectiva de contratación de tarjetas en 2014 en América Latina es positiva. En República Dominicana, una de cada cinco personas considera su contratación, en Perú el 17,3% de la población, en Brasil el 13,5% y el 13,3% en Colombia. Incluso en países donde el optimismo económico en más moderado, como Chile y México, el porcentaje supera el 10%. En España, la situación es muy distinta y sólo el 3,15 se muestra dispuesto a contratar una tarjeta. En general, la tarjeta más solicitada será la de crédito bancario, con porcentajes que van del 55% de México al 75% de Brasil. La tarjeta de crédito de establecimiento presenta cierta dispersión de interés, ya que en países como Colombia y Republica Dominicana su uso es testimonial. Por su parte, el débito gana adeptos en Colombia (27,8%) y México (21%), mientras que las tarjetas prepago son apenas consideradas.
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