A Fondo
La complejidad del universo de las aplicaciones móviles
El éxito de las aplicaciones móviles ha supuesto un nuevo revulsivo para el mercado de los smartphones, cada vez más valorados por las bondades de sus sistemas operativos. Y es que, la aparición de estos terminales inteligentes, y después el de las tabletas, ha revolucionado el panorama de la telefonía móvil, posibilitando el acceso a Internet desde todos los rincones. Sobra decir, que las aplicaciones potencian y dan verdadero sentido a estos dispositivos, son las verdaderas causantes de la revolución móvil.
Hasta hace bien poco, lo más importante era el terminal y el software no suponía un elemento tan decisivo a la hora de hacerse con un producto u otro. Sin embargo, en estos momentos la marca del dispositivo está cada vez se está asociada con el sistema operativo móvil. Las aplicaciones son la base de un smartphone. Existen miles de que gozan de una gran popularidad entre los usuarios y esto actúa como incentivo para el mercado. Aparte de las apps que ofrecen utilidades, como mapas o software de productividad, y de las que se podrían englobar dentro de la categoría ocio, hay otras cuya finalidad se acerca más a la promoción de una marca o un producto.
Desarrollo
Un desarrollo de aplicaciones móviles (MAD) realmente eficaz ofrece aplicaciones y contenido específicos para móvil, no meramente páginas web un poco modificadas. Los principales desarrolladores de aplicaciones móviles escriben aplicaciones específicas para aprovechar al máximo la flexibilidad y las opciones de los dispositivos móviles.
El desarrollo de aplicaciones móviles plantea retos específicos: no se trata sólo de diferentes sistemas operativos y dispositivos, sino también de diversos tamaños de pantalla y opciones de los dispositivos. Conseguir que tu bonita aplicación se ejecute perfectamente en todos los dispositivos en el plazo previsto puede ser un buen dolor de cabeza.
Tipos de aplicaciones:
Nativa, Web o híbrida: no hay una respuesta única: todas presentan ventajas y desventajas y su selección puede limitar el desarrollo posterior de opciones de herramientas.
Aplicaciones nativas: la aplicación se escribe en un lenguaje de programación y una interfaz para un sistema operativo y dispositivo específicos. De este modo, puede ofrecer el mejor rendimiento,pero también requiere una versión diferente (y es más costoso) para cada sistema operativo.
Aplicaciones web: la mayoría de los nuevos dispositivos utilizan un navegador web para ofrecer un “aspecto” móvil. Así se puede ofrecer soporte a la mayoría de los dispositivos, pero a menudo no se puede acceder a las funciones de los dispositivos móviles, como la cámara o la lista de contactos.
Aplicaciones híbridas: un punto intermedio entre las aplicaciones nativas y web. Se escriben en los lenguajes de programación web estándar del fabricante, como HTML5 y JavaScript, y se empaquetan en un formato instalable para la distribución en tiendas de aplicaciones. Se ahorran costes con la reutilización del código.
Poner en marcha una app:
Es cierto, que para desarrollar una app hay que estar especializado en ello y tener conocimientos de desarrollo de software, aunque en los últimos tiempos han nacido plataformas que consiguen que cualquier usuario sin conocimientos en programación pueda hacer su propia aplicación.
IBM, por ejemplo, ofrece varias herramientas para que el proceso sea sencillo. Con IBM MobileFirst Platform, el usuario puede desarrollar, probar y desplegar rápidamente aplicaciones móviles de alta calidad en diversas plataformas. Además, con IBM MobileFirst Development & Integration Services, se pueden desarrollar nuevas aplicaciones móviles e intégrelas con sistemas TI de empresa.
Apps Builder es otra interesante herramienta para diseñar y publicar tu propia aplicación móvil con cero conocimientos de programación y de forma rápida y sencilla. La diferencia de este servicio con respecto al resto de asistentes es que su editor puede capturar los contenidos de nuestra página web para utilizarlo como base con la que desarrollar aplicaciones para los diferentes sistemas operativos móviles.
Este servicio ofrece la posibilidad de crear aplicaciones con diferentes grados de complejidad gracias a su configuración por módulos, que incluso pueden ser modificados con posterioridad a su publicación. Podemos crear desde una aplicación oficial con las actualizaciones de nuestro blog personal hasta un portfolio gráfico con los últimos trabajos, exportándolo después a las distintas plataformas disponibles: HTML5, iOS, Android, Windows Phone o Windows 8.
Apps Builder ofrece la posibilidad de probar el servicio de forma gratuita durante 30 días. Aunque si quieres publicar una o más aplicaciones ofrece un plan premium que va desde los 15 euros a los 149 euros en función de los servicios contratados.
Por otro lado, Creapp es otro de los asistentes para crear aplicaciones móviles desde cero más sencillo de usar. Dispone además de un potente editor visual que permite crear y configurar diferentes tipos de aplicaciones en tan solo 5 pasos y sin conocimientos de programación.
Creapp ofrece un buen catálogo de plantillas prediseñadas para ayudar a los iniciados en este interesante campo a crear nuestra primera aplicación. A partir de la plantilla elegida el servicio permite personalizarla para adaptarla a nivel gráfico y visual a nuestra imagen corporativa. Además, Creapp permite la posibilidad de integrar interesantes prestaciones en nuestro proyecto como sistemas de pedidos online, pasarela de pago para tiendas virtuales y otro tipo de servicios de gran utilidad para medianas y pequeñas empresas. Finalmente, sólo queda exportar nuestro proyecto a las diferentes plataformas existentes como Android, iOS o HTML5.
El servicio Creapp cuenta con un plan personalizado de 19 euros al mes para aplicaciones HTML5 y un plan mucho más completo de 59 euros al mes para aplicaciones compatibles con las tres plataformas.
Venta
Saber cuánto cuesta una aplicación móvil es una de las preguntas más frecuentes que clientes particulares y empresas se hacen. Hay una serie de factores que inciden en el precio de la aplicación. Las características influyen directamente a la hora de calcular cuánto cuesta una aplicación móvil. Cuantas más funcionalidades ofrezca al usuario, más complicado será su desarrollo, por lo que el precio aumentará.
Es conveniente saber qué queremos que haga la aplicación y qué se quiere conseguir con ella, y transmitirle estas percepciones al desarrollador. Así se conseguirá una aplicación completa, sin características superfluas. En este sentido, la interfaz y el diseño son dos elementos que también conviene tener en cuenta.
Para saber cuánto cuesta una aplicación móvil es fundamental saber sobre qué plataformas va a desarrollarse. Desarrollar una aplicación nativa siempre será más caro que una aplicación web o que una híbrida. Así mismo, a cuantas más plataformas se quiera llegar mayor será el precio que se deberá de pagar.
El blog Aplicaciones para Móviles ofrecen una serie de cantidades orientativas, ajustadas al tipo de aplicación para que nos hagamos una idea:
- Entre 1.500 y 5.000 euros para aplicaciones simples: Como pueden ser aplicaciones destinadas a una campaña puntual de una empresa. Su uso no será muy prolongado en el tiempo, pero se quiere que llegue de manera rápida y efectiva a un elevado número de clientes.
- Entre 5.000 y 35.000 euros para aplicaciones que necesiten cargar bases de datos: ya sean instaladas en el dispositivo o que requieran una fuente externa (APIs o webservices). Un ejemplo puede ser un catálogo de productos o un lector RSS.
- Entre 2.000 y 35.000 euros para aplicaciones basadas en hardware específico: como las aplicaciones fotográficas o de geolocalización.
- Entre 5.000 y más de 100.000 euros para aplicaciones hechas a medida: que sirven para resolver un problema concreto.
- Entre 7.500 y más de 100.000 euros para los juegos móviles: Son las aplicaciones más caras, debido al gran rendimiento que requieren de los dispositivos y a sus potentes gráficos. Un ejemplo de esto sería el juego Angry Birds, que le costó a Rovio más de 100.000 euros.
Y, ¿hasta donde nos llevará este universo que se ha creado y que cada vez parece expandirse más? Un reciente estudio de la consultora Gartner, revela que el panorama luce sombrío para los desarrolladores de aplicaciones móviles. Según esta consultora, para 2018 el 99,99% no será rentable para sus creadores, mientras que para 2017, el 94,5% de las descargas de apps corresponderá a aplicaciones gratuitas.
El informe señala que, por la enorme cantidad de oferta, resulta cada vez más difícil que las aplicaciones se destaquen. Asimismo, señala que, a la hora de elegir, los usuarios prefieren recurrir a las recomendaciones de amigos, redes sociales o publicidad en lugar de revisar el extenso catálogo de apps ofrecidas para su sistema operativo.
Un analista de la firma señaló que en la actualidad «la mayoría de las aplicaciones móviles no están generando ganancias, sino que más bien se utilizan para crear reconocimiento de marca y crear conocimiento del producto, o bien son simplemente solo para divertirse». Gartner calificó el mercado de aplicaciones como «hiperactivo», teniendo en cuenta no solo las enormes cantidades de nuevas aplicaciones que se crean, sino también la multiplicidad de plataformas.
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