A Fondo
Smart Cities: un nuevo modelo para implementar mejor la tecnología en las ciudades
Debido a la importancia imprescindible de la tecnología en una sociedad cada vez más interconectada, el modelo de Smart Cities promulgado por Vector ITC Group ayudará a mejorar la gestión de los ciudadanos a todos los niveles.
Bajo el objetivo de la mejora en la gestión diaria de los ciudadanos en asuntos como la reducción de gastos y la prestación de servicios más eficientes, el modelo de Smart Cities propuesto por Vector ITC Group se establece como una fórmula no sólo viable y necesaria, sino también positiva para el medio ambiente, gracias a la implementación TI. Por ello, ya es posible predecir, medir y controlar el consumo de energía de industrias, oficinas, hogares, administraciones y de todos los agentes que forman parte de una SmartCity gracias a los avances tecnológicos. Así pues, el modelo de Ciudades inteligentes se sitúa como sinónimo de ciudades sostenibles, en las que prima la eficiencia y la solidaridad, sin descuidar el ofrecer unos recursos más ecológicos.
De esta forma, según el estudio “Behind Smart Cities Worldwide”, realizado por la Universidad Autónoma de Madrid, en los próximos 40 años se crearán 9.400 ciudades en el mundo, lo que supondrá que la inmensa mayoría de la población mundial se acumule en las ciudades. Así pues, resulta imprescindible que la sociedad sepa adaptarse a los retos que supondrá este crecimiento, para lo que es necesario adoptar nuevas medidas y modelos que permitan que estas nuevas ciudades sean eficientes a todos los niveles, tal y como apunta Vector ITC Group.
Una ciudad inteligente debe ser sinónimo de una ciudad sostenible, por lo que uno de los principales retos de una SmartCity es conseguir la eficiencia en el uso de todos sus recursos disponibles y que este control de los recursos sea posible desde cualquier dispositivo inteligente. Para conseguirlo, además de contar con las infraestructuras tecnológicas que permitan la movilidad tecnológica requerida, los propios ciudadanos deben tener acceso a dichos dispositivos inteligentes con los que interactuar. Para ello, es necesario la inteligencia colectiva para trabajar juntos hacia una ciudad sostenible, como bien apuntan desde Vector, a través de Javier de las Heras, Responsable del Área de Tecnología de la compañía.
El índice de penetración de los dispositivos inteligentes en España ya alcanza el 53,7%, según el Informe Anual de la Sociedad en Red de 2013, del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Por tanto, sólo es cuestión de tiempo que cada ciudadano posea uno de ellos, algo imprescindible para el buen funcionamiento de estas Smart Cities. En un acercamiento a este futuro inmediato, desde Vector se desarrollan aplicaciones móviles multisectoriales (aplicaciones bancarias, firma digital, tarjeta sanitaria digital, entre muchas otras) que permiten realizar fácilmente desde el dispositivo móvil multitud de gestiones de la vida cotidiana, con la máxima seguridad garantizada.
Junto a esto, una pieza clave de toda Smart City que se precie es la Administración 2.0, que debe desarrollar soluciones que faciliten y refuercen las relaciones entre la Administración Pública y el ciudadano; construyendo así no sólo aplicaciones tecnológicas que agilicen el trabajo de los empleados públicos y que aumenten a su vez la participación ciudadana, sino de paso un crecimiento más sostenible y tecnológico.
Por todo ello, la tecnología debe proporcionar al ciudadano la posibilidad de acceder rápida y cómodamente a todos los servicios que una ciudad ofrece, mejorar la experiencia de usuario y ahorrar en los recursos que conllevaría dicha gestión con respecto al método tradicional. Un buen ejemplo de ello son las redes sociales, que propician la participación pública, gracias a las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Esto está generando otro tipo de oportunidades, tales como culturales y empresariales, que están incrementando el interés en el mismo por parte de los gobiernos y las administraciones públicas.
Pero, ¿cuál es el objetivo a corto plazo? Mejorar la gestión a través de la reducción de gastos, la prestación de servicios más eficientes y repercutiendo positivamente en el medio ambiente; así como también en otros ámbitos de intervención: la movilidad, el alumbrado, el control de la contaminación atmosférica y acústica, o los edificios inteligentes. Por todo ello, la tecnología se ha convertido en una herramienta fundamental, siendo sólo el primer paso hacia una ciudad inteligente de garantías.
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