El Cuerpo Superior de Sistemas y TIC de la AGE cumple un cuarto de siglo

Hasta 1990, la presencia de profesionales de las TIC en la Administración General del Estado pasaba por distintos marcos, convocatorias y regulaciones. Su origen está en 1970, en el ya más que desaparecido Instituto Nacional de Previsión (génesis de las diferentes ramas de la actual Seguridad Social), y que ya contemplaba la creación de plazas para analistas, programadores y operadores. Hasta entonces, no existía una presencia normalizada de estos profesionales en la AGE, y aún tuvieron que pasar 20 años para que se creara el Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información.

Ahora, este cuerpo celebra su 25º aniversario, 25 años de profesionales que se dedican, día a día, a gestionar toda la infraestructura que hay detrás de la montaña de sistemas que emplean las Administraciones Públicas del Estado. En este tiempo, se han convocado 872 plazas, 654 de turno libre (abiertas a cualquier ciudadano que cumpla con las condiciones de la convocatoria) y 218 de promoción interna (plazas para personal de la administración pública que desea cambiar de actividad). En cuanto a los profesionales que ya asumían estas funciones antes de la creación del cuerpo, la Administración convocó las plazas en lo que se dio en llamar la Promoción 0, una oposición «a medida» para poder regularizar la actividad de dichos profesionales dentro del cuerpo recién creado.

Desde entonces, y con las únicas excepciones de 1992 (dado que con las promociones 0 y 1 el cuerpo ya contaba con mucho personal) y 2012 (a causa de la crisis económica) se han convocado nuevas plazas todos los años, con 33 plazas ya adjudicadas y de incorporación inminente, y otras 75 pendientes de concurso pero ya anunciadas por la Administración Pública.

Según afirman los profesionales, como es el caso de ASTIC (Asociación Profesional de Cuerpos Superiores de Sistemas y Tecnologías de la Información de las Administraciones Públicas.), su incorporación es muy esperada por los profesionales que ya forman parte de este cuerpo.  Seguro que su incorporación repercutirá, sin duda, en el buen funcionamiento de toda esa enorme infraestructura de sistemas, de la que dependemos todos en nuestras múltiples relaciones con las administraciones públicas.

Imagen: Amanda Mills