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Joseph Engelberger, el padre de la robótica, fallece a los 90 años

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Joseph F. Engelberger, un ingeniero y emprendedor considerado el padre de la robótica, falleció ayer día 1 de diciembre en Newtown (Connecticut) a los 90 años. Engelberger, fue fundador y presidente de la compañía de robótica industrial Unimation Inc., abierta en 1956. Junto con el ingeniero e inversor George Devol creó el primer robot industrial del mundo, Unimate, cuya primera unidad entró en funcionamiento en 1961 en una planta de General Motors. Tras él, llegarían a la industria otros tres millones de robots más, todos para realizar la misma función que Engelberger pensó cuando desarrolló Unimate: realizar tareas demasiado pesadas para los humanos con más facilidad y transformar para siempre la forma en que se trabajaba en las fábricas.

Tras desarrollar este primer robot, Unimation siguió creciendo y, para cuando su fundador la vendió a Westinghouse, ya contaba con más de 1.000 trabajadores. Después de la venta, Engelberger cambió ligeramente de tercio, y comenzó el desarrollo de robots pensados para ayudar a los humanos. Para ello fundó otra empresa: HelpMate Robotics Inc, y desarrolló el robot HelpMate, pensado para servir de guía y mensajero en hospitales y que todavía se utiliza en la actualidad. Finalmente, la compañía Cardinal Health compró HelpMate Robotics. Además, También fundó la compañía Consolidated Controls Corporation y fue vicepresidente de Condec Corporation.

Pero Engelberger no se dedicó únicamente a la construcción de robots, sino que también fue uno de los más firmes defensores del desarrollo de la robótica, e inspirado por autores de ciencia ficción com Isaac Asimov, estaba convencido de que en el futuro los robots ayudarían a los humanos en todos los aspectos de la vida. A lo largo de su vida dio conferencias y habló sobre robótica ante todo tipo de audiencias, además de escribir varios libros, publicar libros y conceder entrevistas defendiendo la investigación científica y apostando por la implantación de la robótica en la industria (y en la vida cotidiana) a gran escala. Además de su título de ingeniería contaba con una licenciatura en física y un máster en ingeniería Eléctrica por la Universidad de Columbia.

Gracias a su obra, el funcionamiento de las cadenas de montaje en la industria experimentó un cambio radical, sobre todo en la automoción, gracias a que los robots y brazos robóticos podían realizar con gran precisión tareas muy complejas y pesadas para los trabajadores. Su despliegue contribuyó en gran medida al crecimiento exponencial de la industria del automóvil, sobre todo en países como Japón, uno de los principales fabricantes del mundo.

A lo largo de su vida, Engerlberger recibió numerosos reconocimientos. En 2009 pasó a formar parte del Salón de la Fama de los Fabricantes Estadounidenses. Además, la Asociación de la Industria de la Robótica dio su nombre al premio que concede cada año, e ingresó en la Academia Nacional de Ingeniería y en la Academia de Ciencia e Ingeniería de Connecticut, aparte de recibir doctorados «Honoris Causa» de varias universidades.

El Presidente de la Asociación de la Industria Robótica ha hablado sobre la figura del padre de la robótica en el obituario que han publicado en la web de la Asociación de la Industria Robótica: «Joe Engelberger hizo algunas de las contribuciones más importantes al avance de la tecnología de la historia. Gracias a Joe, la robótica se convirtió en una industria global, que ha revolucionado la forma en que se fabrican las cosas. Era un hombre avanzado a su tiempo en su visión de cómo los robots podían diseñarse y utilizarse tanto dentro como fuera de la fábrica. Joe ya pensaba en robots diseñados con insectos y pájaros como modelo, avances que estamos viendo finalmente en la actualidad«. Todo un visionario que creía que los robots eran fundamentales no sólo para el desarrollo de la industria, sino también para mejorar la vida cotidiana de las personas.

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