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Hugo Barra, de Xiaomi: «La oportunidad que tenemos en África es indudable»
Hasta hace poco tiempo, Xiaomi era una empresa prácticamente desconocida, especialmente fuera de China, su país de origen. Sin embargo, y en buena medida gracias al esfuerzo que ha concentrado en su expansión internacional, que dio un gran salto cualitativo con la contratación de Hugo Barra (ex Google) como vicepresidente para el área de operaciones internacionales, logró convertirse en 2014 en el tercer fabricante del mundo de smartphones por volumen de ventas.
En 2015 ha perdido esa posición que ha pasado a Huawei, pero aún así sigue estando entre los superventas. Y sus planes de expansión, en los que mira especialmente hacia los mercados emergentes (actual motor de la industria de smartphones), apuntan a que su crecimiento a medio plazo puede ser muy acusado.
The New York Times ha publicado una entrevista al ejecutivo de Xiaomi, de la que se puede extraer interesante información sobre el futuro inmediato de la tecnológica. Los primeros mercados que salen en la conversación son, claro, India, Brasil e Indonesia. El crecimiento de Xiaomi en el primero, en el que la empresa desembarcó hace 18 meses es bastante significativo. Su primer año de presencia en el país lograron vender tres millones de dispositivos. Pero lo más significativo es que, sólo en el Q3 2015 sus ventas han superado el millón de smartphones. Para lograr estos resultados, la empresa ha intensificado su presencia en India, iniciando labores de producción in situ y abriendo una oficina en Bangalore. En cuanto a Brasil (país de origen de Barra) e Indonesia, el fabricante ha creado versiones locales de su tienda online, está haciendo crecer sus estructuras comerciales en ambos países y, en el caso de Brasil, están trabajando en crear una línea de producción en el propio país.
Otro objetivo prioritario para Xiaomi es África. Allí, según Barra, la oportunidad es indudable. La gran razón de ello es que, a diferencia de lo ocurrido en gran parte del mundo occidental, muchas zonas no han llegado a tener nunca una infraestructura telefónica de cable, por lo que sus necesidades de comunicación han conllevado, durante años, el uso de servicios de mensajería o la necesidad de desplazamientos. El establecimiento de una red de comunicación inalámbrica, aunque costoso, es mucho más rápido y económico que tener que «tirar cable» hasta todos los puntos en los que sería necesario establecer una conexión.
La simple posibilidad de comunicarse a distancia en tiempo real ya es un gran avance y, según Barra, hay dos grandes innovaciones (en su momento) que ahora juegan una gran baza a favor de la expansión de la telefonía móvil en África: los sistemas de tarificación prepago y la popularización de los smartphones. No obstante, la presencia de smartphones vs dumbphones es, todavía, muy acusada. En Sudáfrica la cuota de smartphones alcanza el 60% de los terminales, pero en Kenia baja al 50% y en Nigeria se queda en un 25%.
Esto, según Barra, se debe en gran medida a la polarización de la oferta en dichos mercados. En ellos es posible adquirir un terminal de gama alta, por un precio totalmente inaccesible para el 95% de la población, u optar por un smartphone demasiado básico y que, además, no ofrece ningún tipo de servicio post-venta. Esto, sumado a la falta de asociaciones y de organismos oficiales que velen por los derechos de los consumidores provoca que exista una gran desproporción de fuerza entre clientes y empresas.
La propuesta de Xiaomi es llegar a esos mercados del mismo modo en que ya lo ha hecho a otros, sin descuidar la calidad del producto, ofreciendo un buen servicio post-venta y, además, manteniendo su política de ofrecer los dispositivos a precios competitivos. Esto, claro, habla de una apuesta a medio plazo, puesto que desarrollar toda la infraestructura necesaria para prestar esos servicios lleva tiempo y tiene costes importantes, pero es interesante saber en qué condiciones se plantea aterrizar Xiaomi en el continente de marfil.
Otra pregunta común al hablar de los dispositivos de Xiaomi es si la empresa, que hasta ahora siempre ha jugado la carta de los precios muy competitivos (algo de lo que siempre se ha enorgullecido) se plantea diseñar un smartphone de gama alta, especialmente destinado a usuarios para los que el precio no es un aspecto importante a la hora de hacer su compra. Un «tope de gama», por así decirlo. A este respecto, Barra afirma que ya desde el lanzamiento del primer smartphone de la marca, en 2011, el objetivo de la empresa ha sido crear dispositivos de gama alta y cita que, por ejemplo, ha sido el primer fabricante del mundo en montar chips Qualcomm Snapdragon 810. Sin embargo, no están interesados en entrar en la filosofía (así la define Barra) de que la alta calidad tiene que ser sinónimo de precios altos.
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