El lado menos conocido de Samsung: su apuesta por la biotecnología

Aunque la mayoría conozcamos a Samsung por sus smartphones, tablets y televisores, creados por la división de electrónica del grupo, los negocios a los que se dedica su matriz, Samsung Corporation, van mucho más allá, ya que la compañía tiene intereses en todo tipo de industrias: marítima, aérea, industria pesada, turismo e incluso servicios financieros y médicos y productos químicos.  Una de sus ramas es la dedicada a la biotecnología, y parece que es una de las que puede jugar un papel clave en el futuro de la compañía.

Para muestra, la presencia del heredero del grupo, Lee Jae-yong, que se prodiga poco en público, en el anuncio de la puesta en marcha de una nueva fábrica de fármacos biológicos que Samsung abrirá en Incheon (Corea del Sur). El anuncio, que tuvo lugar en lo que será la futura fábrica, aún en construcción, contó con la presencia del presidente surcoreano, Park Geun-hye, tal como recoge el Wall Street Journal, lo que permite hacerse una idea de la importancia que la coreana puede dar a esta área de negocio en un futuro nada lejano.

En efecto, los planes del grupo pasan por convertir a su división de desarrollo de fármacos, Samsung BioLogics, en uno de los principales fabricantes de fármacos biológicos, que son los obtenidos a partir de la sangre y de células vivas, en lugar de a través de elementos químicos. Con este tipo de medicamentos se espera poder combatir todo tipo de enfermedades, que van desde el cáncer a la artritis.

A ello contribuirá esta nueva planta, que tendrá una capacidad de producción de 180.00o litros y cuya construcción costará aproximadamente 720 millones de dólares, menos que lo que otras compañías dedicadas a esta rama de la biotecnología suelen invertir en el desarrollo de plantas de capacidad similar. Por ejemplo, el gigante farmacéutico Bristol-Myers Squibb anunció el pasado año la construcción de una planta de 90.000 litros de capacidad, la mitad de la que tendrá la futura planta de Samsung. Eso sí, a un coste mucho mayor. Nada menos que 900 millones de dólares.

Además, según el CEO de Samsung BioLogics, Kim Tae-han, su nueva planta «ha sido diseñada para funcionar de forma continua durante todo el año, prácticamente sin parar. Esto permitirá que esta planta de 180.000 litros impulse la productividad, gracias a evitar los cierres temporales que suelen ser necesarios por mantenimiento«.

La de Incheon no será probablemente la última fábrica dedicada a la biotecnología que construirá Samsung, cuyos responsables afirman que pueden levantarlas más o menos en la mitad del tiempo que tardan sus rivales. Para ello utilizan las habilidades que llevan años poniendo en práctica en sus divisiones dedicadas a la tecnología, sobre todo en ingeniería y desarrollo.

Pero aunque Samsung es muy optimista acerca de lo que le depara el futuro en biotecnología, conseguir sus metas puede ser más complicado de lo que piensan, puesto que sus competidores no se lo vana poner fácil. Por ejemplo, uno de los principales actores en el campo de la biotecnología, Boehringer Ingelheim GmbH, ha elevado su capacidad de producción de fármacos de 200.000 litros a 280.000, lo que la pone casi a la par del principal fabricante de fármacos biológicos, el grupo suizo Lonza, que cuenta con una capacidad de entre 240.000 y 290.000 litros.

En el caso de Samsung, cuenta actualmente con capacidad para 180.000 litros, capacidad que se doblará a finales de 2018, cuando abra la nueva planta, que será la tercera. Pero hasta entonces, también pueden mejorar sus competidores. Y según el analista Ronny Gal, de Sanford D. Bernstein, «la industria está abierta a que Samsung se convierta en un fabricante externo de fármacos. En especial, las empresas pequeñas. El problema es que hay muchos otros actores«. Por tanto, el futuro dirá hasta dónde pueden llegar Samsung en el campo de la biotecnología.

Foto: hyolee2