¿Adiós a Lumia y hola a un móvil Surface?

Las cosas no siempre salen como uno planea. En realidad casi nunca salen como uno planea. Y si no que se lo digan a Microsoft que, con la compra de la división de móviles de Nokia, Lumia, pretendió dar un buen empujón a Windows Phone y, además, entrar por la puerta grande en el mercado de los smartphones. Era septiembre de 2013, Steve Ballmer todavía estaba al frente de la compañía (hasta la llegada de Satya Nadella, en febrero de 2014) y las trompetas no dejaron de sonar durante meses en Redmond. La transformación de Microsoft, de una compañía de software y sistemas operativos a otra de dispositivos y servicios acababa de empezar por todo lo alto.

Poco más de dos años después, y aunque la dirección del barco sigue siendo la misma, parece que determinados movimientos ya no parecen tan acertados ahora como en aquel momento. Y, al menos en la superficie, la adquisición de Lumia fue uno de los más errados. Digo, eso sí, en la superficie, ya que aunque los resultados obtenidos por Microsoft no han sido, ni remotamente, los esperados, no es menos cierto que esto ha supuesto un gran aprendizaje para los de Redmond, y que dando carpetazo a Lumia y pasando a la siguiente fase del plan, pueden poner en valor todo lo aprendido y, esta vez, lograr hacerse un buen hueco en el mercado.

Pero vayamos por partes. Lo primero es la despedida y cierre de Lumia. No hay confirmación oficial al respecto, pero cada vez son más las voces que apuntan a que con el lanzamiento del modelo 650, y tras la cancelación a mitades del año pasado de los proyectos 750 y 850, el smartphone presentado el 1 de febrero de 2016 será el último que Microsoft comercializa con la marca que le compró a Nokia. Es comprensible: dos años y una buena lista de dispositivos más tarde, sus ventas son decepcionantes, y mantener un lastre así no sólo cuesta dinero, sino que además es perjudicial para la imagen global de la compañía.

Pero, ¿significa esto que Microsoft tire la toalla en el mercado de los móviles? Ni mucho menos. Ya desde mitades del año pasado se viene hablando de un proyecto muy, muy secreto (no demasiado bien guardado, por lo que se ve) en manos de Panos Panay, principal responsable de Microsoft Surface, la línea de convertibles que sí que ha dado alguna que otra alegría a los de Redmond.

Entonces, ¿qué esperamos? En el corto plazo, una despedida (quizá silenciosa) de Lumia. Quizá una esquela en la última página de los diarios locales, quizá una entrada en el blog de alguno de los ingenieros que trabajan en esa línea de producto… hacer mutis por el foro, como se ha dicho toda la vida. Y después, quizá semanas pero más probablemente un par de meses o así (quizá para mayo, cuando llegue la calor), veamos crecer la familia Surface con smartphones y phablets.