Telemedicina: eficiencia y un gran ahorro

Aunque a este lado del Atlántico nos pueda sonar a ciencia ficción, lo cierto es que la telemedicina ya lleva algún tiempo vigente y funcionando en Estados Unidos. Y no como algo experimental, no, sino como uno de los elementos integrantes de Medicare, el sistema nacional de salud estadounidense. Sin embargo, hasta el momento las limitaciones legales impuestas al sistema, y que se traducen en que los médicos sólo pueden cobrar por las teleconsultas en unas condiciones muy determinadas, son una rémora. Una rémora que podría desaparecer próximamente, empujando a más profesionales a emplear sistemas no presenciales.

En concreto, en la actualidad el sistema permite las teleconsultas entre profesionales en cualquier ubicación y pacientes que se encuentren en centros de salud de áreas rurales. Sin embargo, con un nuevo proyecto de ley, que cuenta con el acuerdo de los dos partidos en el Congreso, los pacientes también podrían acceder a los servicios médicos de los profesionales directamente desde sus domicilios para determinado tipo de consultas, así como para la toma de determinados datos en enfermedades crónicas.

Con este cambio, los profesionales podrán atender a los pacientes de una manera más inmediata, estos no tendrán que perder tiempo en desplazamientos innecesarios y, según un informe publicado por Avalere Health, una consultora de Washington, D.C. coincidiendo con el trámite del proyecto de ley, el sistema nacional de salud, dependiente de la administración federal (esa que ha ya ha rozado los cierres administrativos varias veces los últimos años por exceder su techo de gasto), podría llegar a ahorrar hasta 1.800 millones de dólares los próximos 10 años. Y esto sin que los profesionales dejen de percibir ni un céntimo del dinero que cobran por cada televisita médica.

Imagen: Intel Free Press