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Tim Cook contra el FBI: todo por la seguridad de los datos

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Tim Cook

Desde que la semana pasada Tim Cook anunciase que se oponía a una petición judicial de un tribunal de Riverside (California) para que permitiese el acceso al FBI al iPhone de uno de los tiradores de San Bernardino, que mataron a 14 personas el pasado mes de diciembre, han corrido ríos de tinta al respecto. También se han sucedido los apoyos al CEO de Apple por parte de otros directivos de compañías tecnológicas, así como el rechazo de algunos políticos, como Donald Trump.

Pero en general, la mayoría de tecnológicas y de medios no está de acuerdo con la orden, que implicaría que Apple tendría que eliminar el sistema de seguridad que protege el acceso a los datos de un iPhone mediante una modificación de iOS, porque aunque el FBI alega que sólo será por esta vez, nadie lo puede asegurar. Y menos después de que Edward Snowden revelase hasta dónde llegaba la vigilancia de gobiernos y agencias.

En este caso, tal como queda reflejado en InformationWeek, lo más destacado de este caso es el precedente legal que sentaría. No se trata de acceder a un teléfono con información que evite que explote una bomba, en lo que colaboraría cualquier empresa. Pero esto no es lo que está en juego en este escenario. Puede que, al acceder al móvil, el FBI obtenga datos importantes. O puede que no, porque no sabe lo que hay en el teléfono. Y aun así tiene la aprobación de un juez para que le den acceso a él.

Las empresas que operan en Estados Unidos colaboran con bastante frecuencia con las agencias gubernamentales, ya sea de forma voluntaria o en base a peticiones judiciales. Pero el gobierno nunca ha pedido a una empresa que cree un software a medida para permitirle eliminar la seguridad que la propia compañía ha implementado. En todo caso, este tipo de software sería algo que cabría esperar de una agencia de inteligencia, no de una empresa. Y ya hemos tenido que vivir años sin seguridad en nuestros datos, dado que el cifrado no ha sido un impedimento para que el gobierno llevase a cabo investigaciones y elaborase informes. Siempre ha habido vulnerabilidades que explotar en el cifrado.

Esto comenzó a cambiar después de las revelaciones de Snowden. Apple y otras tecnológicas se tomaron muy en serio la mejora de la seguridad de su software y de su hardware, algo que quiere deshacer ahora el gobierno de Estados Unidos. Y sin que sus movimientos sean cuestionados. Y esto, a medida que Internet de las Cosas se va extendiendo, implica que la capacidad que tendría el gobierno de obligar a las empresas a darle acceso a cualquier dispositivo desembocaría en que contaría con un sistema de vigilancia a demanda.

Esto podría suceder si, como hemos mencionado, Apple accediese a modificar la seguridad de iOS a petición del FBI sentando un precedente. Si finalmente sucede, con la cobertura legal que obtendría el gobierno, las autoridades podría obligar a las empresas a crear actualizaciones de su software a medida para ellos, con cualquier objetivo: reprogramar routers, cámaras, micrófonos, sistemas de seguridad, coches conectados, etc. Incluso podrían obligar a enviar actualizaciones de software sin aviso a determinados individuos y grupos. Y, por supuesto, no sólo lo haría el gobierno de EEUU. Cualquier gobierno de cualquier país podría hacer lo mismo, alegando que así protege a sus ciudadanos del terrorismo.

El gobierno argumenta que podemos estar protegidos si los datos viajan sin protección. Pero hay muchas voces que se oponen a esto, como la del desarrollador para iOS Marco Arment: «Les importa un pimiento debilitar nuestro cifrado y que otros puedan romperlo. Lo consideran un daño colateral aceptable. Creen que nosotros, nuestras propiedades y nuestros datos les pertenecemos siempre«. No bace duda de que la polémica en torno a esta petición judicial tardará tiempo tanto en cerrarse como en acallarse. Mientras tanto, Cook, sigue firme en su decisión de oponerse, algo con lo que Steve Jobs estaría más que probablemente de acuerdo, puesto que se tomaba muy en serio la privacidad.

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