Gartner: Las impresoras 3D de extrusión triunfarán en 2016, ¿por qué?

Según avanzó Gartner en un informe sobre el mercado de la impresión 3D, durante 2016 se venderán casi 500.000 impresoras 3D en todo el mundo, lo que supone duplicar la unidades entregadas en 2015. Predicen que esta tendencia seguirá y que, hasta 2019, el volumen de unidades crecerá por encima del doble año a año. Indican que en 2019 el mercado anual de máquinas de impresión 3D superará los 5,6 millones de unidades.

Según Peter Basiliere, Research Vice President de Gartner, «las rápidas innovaciones en calidad y rendimiento en todas las tecnologías de impresión 3D están impulsando la demanda tanto de consumidores como de empresas. El mercado de impresión 3D avanza en su transformación desde el mercado de nicho que era inicialmente a un mercado global, mucho más amplio, de empresas y consumidores».

Existen varias tecnologías de impresión 3D, aunque la más asequible y por ello la más popular es la de extrusión de material. De las 232.000 impresoras 3D vendidas en 2015 el 95% empleaban sistemas de extrusión de material y este porcentaje llegará a ser del 97,5% en 2019, con más de 5,5M de unidades basadas en esta tecnología. La enorme popularidad de los sistemas de extrusión se debe a su bajo coste y a que permiten emplear una interesante variedad de materiales. A cambio es la tecnología menos precisa y el tiempo de impresión es bastante lento.

Todos los sistemas de impresión 3D necesitan ir creando los objetos capa a capa, y en las máquinas de extrusión esto se consigue fundiendo un filamento del material elegido (PLA, ABS u otro) que sale en pequeñas gotas por la boquilla de un cabezal que recorre la superficie de la base de impresión. A medida que imprime una capa del objeto, el cabezal de extrusión se desplaza mínimamente hacia arriba y vuelve a recorrer la base para imprimir una nueva capa sobre la anterior. De este modo el objeto se va construyendo desde la parte inferior hasta terminar en su zona más alta.

En otros sistemas el mecanismo de aporte de material procede de un elemento en polvo (Inkjet Powder o Laser Powder Forming) mientras que en los más espectaculares como la Estereolitografía (SLA), un haz láser recorre capa a capa una cubeta que contiene un fotopolímero líquido que se va solidificando en los puntos en los que incide el láser. Cuanto más preciso es el sistema generalmente más precisos son los objetos fabricados con él. Y el coste del conjunto (hardware + software) sube en consecuencia.

Gartner distingue varios segmentos de impresoras 3D basándose en el precio unitario. El primer segmento lo forman los aparatos cuyo precio no supera los 1000 dólares y el segundo bloque los que están entre 1001 y 2500 dólares. En 2015 las máquinas de hasta $1000 fueron un 25,5% del total de unidades contando con esos dos segmentos. A medida que se abaraten los productos, en 2019 se espera que del total de máquinas de hasta 2500 dólares, un 40,7% de las unidades vendidas cuesten menos de 1000. Esto es, que ahora una de cada 4 impresoras 3D vendidas tiene un precio por debajo de los 1000 dólares y esta cifra aumentará en 2019 hasta ser una de cada 2,5 máquinas.

En el estudio se señala que los principales clientes de las impresoras con costes de hasta $2500 son escuelas y universidades que buscan equipos de bajo coste mientras que el mercado empresarial se decanta por máquinas y tecnologías de nivel superior para obtener mayores calidades de acabado y nuevos materiales.

Como cierre del informe, Pete Basiliere cita que «las impresoras 3D empresariales no sólo pueden usarse para prototipar nuevos productos o herramientas y útiles para crear otros objetos, sino que pueden emplearse para fabricar productos finales en series pequeñas con la calidad necesaria para el mercado. Esta gran variedad de usos es lo que está haciendo crecer su demanda«.

Imagen: Stratasys