Por su parte, Snapchat, el cada vez más popular, sobre todo entre los jóvenes, servicio de mensajería efímera, está ya trabajando en un sistema más seguro. En cuanto a Google, está explorando y experimentando usos adicionales para utilizar la tecnología de un proyecto de cifrado de correo electrónico en el que lleva ya trabajando mucho tiempo.
Otras empresas, como Twitter, que ya habían barajado en otro tiempo la posibilidad de introducir el cifrado en sus productos, pero que lo habían desechado por su complejidad y costes, esperan que esta reciente preocupación por la seguridad y la protección de las conversaciones y los datos vean las herramientas de privacidad como una ventaja y no como un mera herramienta publicitaria.
Estos nuevos esfuerzos por cifrar las conversaciones y comunicaciones de los usuarios de diversas herramientas de comunicación y mensajería, que también ponen de manifiesto un claro apoyo a Apple en su batalla contra el FBI, puede aumentar las tensiones entre los grandes de la tecnología y las autoridades estadounidenses, que lejos de suavizarse se recrudece cada día más.
Dos senadores de Estados Unidos, la demócrata Dianne Feinstein de California, y el Republicano Richard Burr de Carolina del Norte, han comunicado que han escrito proposiciones de ley que acarrearían sanciones para las empresas que no proporcionen datos legibles de sus usuarios a las autoridades. El propio Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dejado claro que piensa que algunas tecnológicas están yendo demasiado lejos en este asunto.
No está claro que pasará con esta polémica, porque al mismo tiempo que muchas empresas anuncian nuevos esfuerzos de cifrado para sus herramientas, también han comunicado que van a aumentar la colaboración con el gobierno para luchar contra el terrorismo. Algunos directivos de estas y otras empresas afirman que existe un término medio para solventar este problema: estimular el uso del cifrado para el contenido de las conversaciones, al mismo tiempo que mantienen la capacidad de entregar metadatos de las mismas, con los que se puede saber quién habla con quién, cuando y con qué frecuencia.