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Los tres virus más dañinos para tu móvil

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Bluebox

Los primeros años son, siempre y en todo, la edad de la inocencia. Y es a medida que pasa el tiempo cuando todo se va degradando y pervirtiendo en cierta medida. Ocurre con las personas, ocurre con las relaciones, ocurre con las cosas… casi nada se salva de perder la mácula a medida que pasa el tiempo. Así, ocurre que una vez superada la edad de la inocencia, llega la de tener cuidado con todo, y precisamente en esa fase estamos en lo referido a smartphones y otros dispositivos móviles conectados que nos acompañan en nuestro día a día. Lejos queda ya aquella época dorada en la que las amenazas de seguridad estaban muy lejos de los mismos, a día de hoy ya se han convertido en el principal objetivo de muchos ciberdelincuentes que, conscientes de la importancia que estos dispositivos han cobrado en nuestras vidas, ven en los mismos un auténtico filón.

Con intención de ayudar a combatir dichos riesgos, la firma de seguridad Blue Coat ha publicado un informe en el que resume las principales amenazas que se ciñen sobre nuestros móviles, así como las medidas que podemos tomar para minimizar el riesgo. Este es un resumen de las más comunes según dicho informe:

Software no deseado: si tú ves una app que se llama «Voy a robar tus datos», lo más probable es que no la instales en tu móvil, ¿verdad? Los creadores de malware también son muy conscientes de ello y, por lo tanto, recurren a técnicas básicas de ocultación de sus intenciones reales. Un ejemplo que saltó a la palestra hace ya un tiempo era una app que, en teoría, servía para poder utilizar el flash LED de un terminal Android como linterna. El problema era que, al revisar la lista de permisos que solicitaba al instalarse, figuraban algunos tan innecesarios para tal fin como poder acceder a los contactos y poder enviar y recibir mensajes SMS.

Otra variante todavía más perversa son, sin duda, los falsos antivirus (rogue antivirus), apps que simulan ser una protección frente a las amenazas cuando, en realidad, son una amenaza en sí mismos. Hace ya unos años que se popularizaron bastante en los sistemas de sobremesa (principalmente en Windows, claro), y de un tiempo a esta parte han proliferado en plataformas móviles. Y el problema es que, además de ser nocivos en sí mismos, también aportan al usuario una sensación de seguridad que hace que se relaje y, así, abra las puertas a otras amenazas (al pensar erróneamente que está protegido).

Ransomware: piensa, por un momento, en la cantidad de información importante que puedes llegar a guardar en tu móvil o tablet. A continuación piensa es qué parte de la misma no está respaldada en otros soportes. Y por último imagina que, de repente, la pierdes. ¿A que suena mal? Pues con eso «juega» precisamente el ransomware: se instala en un dispositivo, cifra el contenido del mismo con una clave que solo el creador del malware conoce y, a continuación, exige al propietario de los datos el pago de un rescate a cambio de recuperarlos. Y aunque las empresas de seguridad y muchas autoridades públicas trabajan para combatir esta amenaza, hay bastante consenso al afirmar que en muchos casos el pago del rescate es la única vía para recuperar los datos, al menos a corto plazo.

Loggers: la información que se almacena en tu dispositivo es, sin duda, el objetivo de muchos ciberdelincuentes, pero no es la única. Y es que el propio uso que haces del mismo también puede tener un gran valor. Así, por ejemplo, recopilar tu historial de ubicaciones, la lista de llamadas que haces y recibes, todo lo que tecleas… puede traducirse en muchos beneficios para los malos, y no menos dolores de cabeza para ti. Dicha información puede servir desde para saber cuando tu casa se queda vacía de manera habitual, hasta para (con técnicas más avanzadas pero no excesivamente complejas) «clonar» tu móvil y hacer un uso malintencionado del mismo.

 

Imagen: Maksym Kozlenko

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