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¿Qué país está ganando en la batalla de los drones?
Si excluimos el uso militar de los mismos, que poco o nada tiene que ver con los drones «civiles», lo cierto es que estos dispositivos empezaron siendo poco más que unos juguetes para niños grandes. Sin embargo, poco a poco han ido evolucionando y, lo que antes solo servía para entretenerse, cada día tiene más usos profesionales, desde la fotografía aérea hasta el (todavía en pruebas) reparto de mercancías de pequeño y mediano tamaño y peso. Compañías como Amazon, DHL o UPS llevan ya tiempo realizando pruebas, y fabricantes como Mercedes están probando prototipos de vehículos de distribución equipados con drones.
Sin embargo hay un aspecto muy importante, determinante en realidad, del que depende el éxito o fracaso de los emergentes modelos de negocio que están surgiendo alrededor de los drones, y no se trata de algo técnico, sino legal. Hablo, claro, de las regulaciones a las que está sujeto el uso de los mismos. Y, desde luego, no es una cuestión menor. Hoy Recode analiza la situación en diversos países, pero no solo desde la situación actual, sino valorando también la actitud que están mostrando las distintas administraciones de cara a permitir (o no) que el cielo se pueble de pequeños dispositivos volantes cargados de mercancías, cámaras y demás elementos.
A este respecto, el citado artículo destaca la gran diferencia entre Reino Unido y Estados Unidos, una carrera en la que el primero parece llevar una gran ventaja, debida principalmente a la actitud más «abierta» por parte de las administraciones públicas, para establecer un marco legal en el que, garantizando la seguridad, sí que se puedan operar múltiples servicios empleando drones. Esto, claro, está teniendo como consecuencia que la isla se esté convirtiendo en el lugar al que miran todos los ojos interesados por el despliegue de este tipo de servicios.
Una de las principales diferencias viene dada por el funcionamiento de las administraciones públicas en ambos países. No hay que olvidar que aunque Estados Unidos es, en sí, un país, en realidad está compuesto por muchos estados con sus propias regulaciones, a las que hay que sumar las dictadas por la administración federal. Además, ocurre que la tramitación de leyes relacionadas con la aeronáutica (en todos sus sentidos, lo que incluye los drones) depende de la FAA, un organismo federal, cuyos trámites suelen ser bastante más lentos que los de la CAA, su homónima en Reino Unido, que actúa de una manera bastante más ágil.
La situación en España
En cuanto a España, la situación legal del uso profesional de los drones está regulada desde 2014, pero el propio consejo de ministros que aprobó la normativa la calificó de temporal. Las principales actividades profesionales reconocidas en ese texto son grabación aérea, reportajes aéreos, fotografía aérea, estudios de fotogrametría, vigilancia y monitoreo y revisión de infraestructuras. Es decir, estamos hablando de funciones relacionadas exclusivamente con la imagen. Desde principios de este año se está hablando de una nueva ley que incluiría los nuevos usos, pero dada la situación política actual, lo más realista es pensar que esta nueva norma no será publicada, al menos, hasta 2017.
No obstante, sí que se sabe que el organismo del que depende más directamente la elaboración de dicho texto, en lo tocante a la seguridad (que es la principal preocupación de los reguladores), AESA (Agencia Española de Seguridad Aérea) ya lleva tiempo trabajando en la definición del marco legal para que se puedan desarrollar estas actividades. Por su parte, la EASA (European Aviation Safety Agency) también ha trabajado para definir dicho marco legal, por lo que parece que las novedades de la nueva ley (una vez que se apruebe) serán las siguientes:
- Zonas urbanas: Se permitirá el vuelo de drones, previa petición a la Delegación del Gobierno correspondiente. Los dispositivos podrán pesar un máximo de 10 kilos, elevarse hasta 120 metros y alejarse un máximo de 100 metros. Deberán disponer de sistemas adicionales de seguridad.
- Línea de visión: Este punto es fundamental para el empleo de drones para reparto de mercancías. Con la ley actual está prohibido que la persona que controla el drone no pueda verlo (por distancia). El cambio normativo sí que lo permitiría para dispositivos de entre 2 y 5 kilos.
- Espacio aéreo controlado: Esta es la parte más complicada, puesto que consiste en integrar los drones en el espacio aéreo que emplean aviones y helicópteros. Hablamos de un espacio muy, muy controlado y sujeto a multitud de regulaciones de seguridad. Por lo tanto, probablemente sea el punto cuyo desarrollo resulte más complejo.
Habrá que esperar, no obstante, a la llegada de dicha ley para poder estudiarla en profundidad y, así, saber si la industria de los drones puede despegar en nuestro país.
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