Opinión
Encuentros con líderes de Silicon Valley: Tim Cook (Apple)
Steve Jobs hubiera gritado, insultado, despedido a alguien o a muchos. Basta leer su biografía autorizada, escrita por Walter Isaacson y las dos películas inspiradas en el libro acerca de su vida para darse cuenta de que era un tipo bastante apasionado. Solamente tuve la oportunidad de verle personalmente una vez, en Dusseldorf, cuando Apple lanzó al mercado el Power Book 100, el 21 de octubre de 1991. No es que me impresionara mucho. Poco después, John Sculley lo puso en la calle y la historia continua hasta el día de hoy.
Este verano, tras anunciar Apple decepcionantes resultados del segundo trimestre, me pasé por Cupertino y, como es habitual allí, es más fácil hablar media hora con el presidente de Apple que, en España, con un becario de lujo de Ferrovial. Allí, se toman muy a pecho la política de puertas abiertas y, en definitiva, mi objetivo era político, que no empresarial, puesto que la campaña electoral que enfrentó a Clinton y Trump estaba en su apogeo. Cook, como otros 149 CEOs de empresas tecnológicas apoyó a Clinton y no a Trump. Como anticipé en agosto, en esta publicación, Peter Thiel, presidente de Paypal, sí estuvo de parte de este último y su lealtad está siendo recompensada por el presidente electo: participa del equipo de transición y quién sabe si llegará a ser miembro del gabinete.
Los resultados de Apple fueron inferiores a lo esperado. Era el segundo trimestre, pero cuando llegó el tercero, justo antes del lanzamiento del iPhone 6, las cosas fueron aún peor. Por eso digo que Jobs hubiera puesto el grito en el cielo. Pero no Tim Cook, que ve las cosas con perspectiva. Tras cinco años al frente de Apple, ha convertido a la empresa en la más valorada en Bolsa de todo el mundo. Aunque en el último año haya perdido 180.000 millones de valor en los mercados de valores.
Apple -por quien no tengo especial simpatía, aunque sí, por Tim Cook- facturó en el segundo trimestre más que Amazon, Facebook y Alphabet juntos. Y sus beneficios triplicaron los de estas tres empresas. Lo mismo sucedió en el tercer trimestre. Cook aseguró que, con la campaña de Navidad y el nuevo iPhone 6, todo iría mejor. Así está siendo y así será cuando acabe el año fiscal. Me fio de Cook, que es un hombre de palabra, cosa que no era Steve Jobs. Si no, que se lo digan a Steve Wozniak, a quien le dan ataques epilépticos cuando oye la palabra “Jobs”….
El iPhone de San Bernardino sigue dando de qué hablar
Un encuentro con Cook poco después de una investigación del FBI en un caso terrible pondría nervioso a cualquiera. No a él. El caso en cuestión es el del iPhone de uno de los terroristas que ejecutaron la matanza de San Bernardino, asesinando a 22 personas. De tres teléfonos, uno sobrevivió, pero el FBI agotó todos los intentos para dar con la necesaria clave que permitiera encenderlos y el Federal Bureau of Investigations decidió llevar a juicio a Apple y filtrarlo a los medios porque Cook decidió que no iba a hacer un sistema operativo especial para ese móvil. “Pondría en peligro a toda la industria”, dijo Cook. Yo discrepé, pero no fui arrojado por una ventana. Cook se limitó a argumentar su posición. He aquí un tipo con quien se puede hablar razonablemente, pensé. «Con razón no apoyó a Trump», pensé poco después…
El problema de Apple, explicó su CEO, son las expectativas del mercado, la industria, los inversores, los analistas, los consumidores, etc: todos esperan que lidere en música, computación, televisión, video, servicios, hardware, software, diseño… la gracia del asunto (que decimos en Toledo) es que Apple siempre lo ha conseguido, con independencia de que a todo el mundo le haya dado ahora por la robótica, la inteligencia artificial y los coches que, primero, se conducen ellos solos y, después, volarán como quiere Google.
Lo hemos comentado varias veces aquí: las expectativas siempre demasiado altas. Me quedé con una lección humana, personal: tener paciencia, fortaleza, aguantar el tipo bajo presión, aunque todos esperen de ti que les des la luna atada con un lazo. Otros se vendrían abajo o explotarían como Jobs. Tim Cook, el hombre tranquilo, demostró una enorme confianza en sí mismo, en su equipo – en cinco años ha doblado el número de empleados- y en que el futuro será mejor, si se esfuerzan por hacer las cosas bien.
Jorge Díaz-Cardiel. Socio Director General de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Ha sido Director General de Ipsos Public Affairs, Socio Director General de Brodeur Worldwide y de Porter Novelli International; director de ventas y marketing de Intel Corporation y Director de Relaciones con Inversores de Shandwick Consultants. Autor de más de 5.000 artículos de economía y relaciones internacionales, ha publicado más de media docena de libros, como Hillary Clinton versus Trump: el duelo del siglo; La victoria de América, Éxito con o sin crisis y Recuperación Económica y Grandes Empresas, Obama y el liderazgo pragmático, La Reinvención de Obama, Contexto Económico, Empresarial y Social de la Pyme en España, entre otros. Es Premio Economía 1991 por las Cámaras de Comercio de España.
-
OpiniónHace 7 días
10 predicciones para los proveedores de servicios gestionados en 2025
-
NoticiasHace 7 días
AMD despedirá al 4% de su plantilla mientras se centra en IA y centros de datos
-
NoticiasHace 3 días
El Capitan es el nuevo superordenador más potente y rápido del mundo
-
NoticiasHace 7 días
La Comisión Europea multa a Meta con 798 millones por perjudicar a la competencia de Marketplace