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Cómo será el año 2030
Tras consultar a expertos de varios campos, HPE acaba de publicar un conjunto de predicciones para 2030, un decálogo de los cambios que la tecnología habrá producido en nuestras vidas dentro de casi 15 años.
Ya lo hemos dicho muchas veces: adelantar cómo será el futuro apoyándonos en la tecnología es muy complicado. Primero, porque conocemos las tecnologías actuales, pero no sabemos nada (o muy poco) de las que están por venir, y segundo, porque tampoco sabemos cuál será su desarrollo, ¿triunfarán o morderán el polvo, como ya ha pasado con otras muchas en el pasado?
Por eso, muchos analistas se aventuran a hablar del futuro a corto y medio-corto plazo, como mucho cinco años. Sin embargo, Hewlett Packard Enterprise se ha atrevido a dar un paso más allá y, tras consultar a expertos de varios campos, acaba de publicar un conjunto de predicciones para 2030, un decálogo de los cambios que la tecnología habrá producido en nuestras vidas dentro de casi 15 años. ¿Quieres saber qué nos espera entonces? Pues veamos esos diez puntos:
1 – No podrás sacarte el carné de conducir
No es que la dificultad del examen vaya a ser tan alta que nadie pueda afrontar dicha prueba con posibilidades de éxito. El futuro, según HPE, pasa por los vehículos autónomos, capaces de conducirse a sí mismos, y que hará innecesario que sepamos conducir para movernos en coche. Y no solo por comodidad, nos guste o no nos guste, lo cierto es que con la tecnología adecuada será mucho más seguro un vehículo autónomo que un conductor ante muchas circunstancias de riesgo, por no hablar de la cantidad de accidentes que se producen por despistes, falta de atención a la conducción, circular en malas condiciones… El número de accidentes se podría llegar a reducir en un 90% o incluso más, así que quién sabe, quizá dentro de no tanto, nos olvidemos (o se olviden) para siempre del volante y los pedales.
2 – La información será la nueva moneda
Cada uno de nosotros, de manera individual, generamos un gran volumen de información. Lo que ocurre es que, a día de hoy, gran parte de la misma se pierde para siempre. Sin embargo, llegará un momento en el que contaremos con los dispositivos adecuados para capturarla y almacenarla, con el fin de sacarle partido a posteriori. Y el valor de dicha información se podrá convertir en dinero de muchas maneras. La más común es cederla para estudios de mercado, encuestas, etcétera. Sin embargo, puede que esos datos también sirvan para que se nos ofrezcan servicios personalizados, y por los que estaríamos dispuestos a pagar. Todo esto promete incrementar su valor de manera importante.
3 – Olvídate de las visitas al médico
No es que vayamos a disfrutar de la salud eterna… ¡ojalá! Pero, es cierto que a partir de ciertas edades las visitas al centro de salud para realizarse pruebas, chequeos, etcétera, se convierten en una constante. Sin embargo, a medida que los wearables evolucionen muchas de esas visitas serán prescindibles, ya que los sensores que nos acompañarán todo el día se encargarán de tomar esos datos y transmitirlos a nuestro historial médico. De esta manera, el propio sistema será capaz de detectar anomalías de manera temprana y de avisarnos de ello para que tomemos las medidas necesarias para evitar riesgos mayores.
4 – Adiós al desperdicio de comida
Uno de los problemas del actual modelo de distribución de alimentos perecederos es que, aunque intenten adecuarse a la demanda, por norma general nunca lo consiguen. Así, ya hemos visto en muchas ocasiones cómo los comercios tienen que deshacerse de comida que en otros lugares habría sido necesaria, y que desgraciadamente acaba en contenedores. Con sistemas de información más complejos, capaces de monitorizar en tiempo real la demanda en todos los puntos y las existencias de perecederos, será posible reajustar de manera constante la distribución de los mismos. De esta manera evitaremos el desperdicio de comida, y además los puntos de venta podrán ajustar sus precios a la baja, ya que no tendrán que contemplar el coste de dichas pérdidas.
5 – El ahorro energético permitirá rediseñar las ciudades
El incremento en el uso de energías limpias y renovables supondrá a medio plazo una importante reducción en el coste energético de las infraestructuras, tanto públicas como privadas. Y buena parte de ese ahorro podrá (y debería) ser destinada a rediseñar las ciudades, precisamente con el fin de adaptarlas a ese nuevo escenario. Las infraestructuras serán más eficientes, tanto por sus prestaciones como por su consumo energético y, de esta manera, el modelo será mucho más sostenible.
6 – Los ciberataques serán más virulentos que nunca
Depositaremos más información que nunca en nuestros dispositivos, así que los ciberdelincuentes estarán más motivados para intentar colarse en nuestros sistemas y poder robar nuestros datos. En este panorama, el campo de la seguridad informática tendrá que trabajar a pleno rendimiento para buscar soluciones a las nuevas amenazas. Así, los sistemas de autentificación tendrán que mejorar hasta puntos no imaginados hoy en día. Un gran desafío, sí, pero también una gran oportunidad para las ideas innovadoras.
7 – Llevaremos el móvil (y más cosas) en las lentillas
¿Cuántas veces hemos visto, en el cine de ciencia ficción, lentillas que son capaces de mostrar información sensible al contexto? De momento ya disponemos de esa tecnología, la realidad aumentada, en tablets y smartphones, pero algunos de los expertos consultados por HPE consideran que en 2030 será posible trasladar esa tecnología a las lentes de contacto, de manera que no tengamos que ir con el móvil (o la tablet) en la mano para consultar información sobre el entorno, ver quién nos está llamando por teléfono y revisar las notificaciones de nuestros dispositivos.
8 – Los creadores de los robots serán… los robots
Hasta el momento, la creación de máquinas depende del ser humano, que las diseña y pone en marcha los dispositivos que se encargan de su producción. Sin embargo, con el desarrollo de la tecnología es probable que, a medio plazo, sean las propias máquinas quienes realicen esos diseños e inicien el proceso de producción de los mismos.
9 – Seremos mejores personas
Un mundo en el que tendremos que dedicar menos tiempo a trabajar y, además, viviremos más años, nos hará ser más conscientes de los problemas (tanto locales como globales) y, consecuentemente, tomaremos partido y nos involucraremos más en la resolución de los mismos. Y es que no es lo mismo ayudar cuando trabajamos 35, 40 o más horas semanales, que en un hipotético futuro en el que tengamos que dedicar, por ejemplo, solo 15 horas a la semana a trabajar.
10 – La tecnología estará más presente que nunca, pero no la veremos
Hace ya algunos años que empezó a hablarse de la «invisibilización» de la tecnología. Y es que es cierto que está más presente que nunca en nuestras vidas, y que esto se incrementará en el futuro. Sin embargo, llegará un punto en el que no seremos conscientes de la misma. Será como el oxígeno: está ahí y lo empleamos de manera constante. Sin embargo, a no ser que nos paremos a pensar en ello, no nos daremos cuenta y se volverá transparente.
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