¿Me perjudica una impresora antigua? ¿De qué manera?

La tecnología avanza y las soluciones que en su momento fueron punteras poco a poco van quedando desfasadas. Sin embargo las empresas no siempre siguen el ritmo porque no terminan de verlo como algo necesario, algo que obviamente depende, y mucho, del sector al que hagamos referencia, ya que por ejemplo el impacto que puede tener mantener una impresora antigua es diferente al de otros equipos y sistemas.

Muchas empresas consideran que la inversión realizada en una impresora se amortiza mejor si la misma se mantiene en uso durante el mayor tiempo posible, pero la realidad es muy diferente, ya que debido al paso del tiempo y a las propias necesidades cambiantes de nuestra empresa esa impresora irá dejando de ser una solución óptima, hasta tal punto que al final nos acabará haciendo perder tiempo y dinero si la mantenemos más tiempo del que deberíamos.

La idea es simple y fácil de entender, la llegada de nuevas impresoras con mejores prestaciones, mayor eficiencia y un menor coste por página hará que seguir utilizando una impresora antigua sea una mala idea, ya que iremos acumulando un gasto excesivo derivado del simple uso que no tendríamos al invertir en una nueva impresora.

Entiendo, ¿pero cómo me afecta exactamente mantener una impresora antigua?

Ya lo hemos adelantado en el párrafo anterior, pero lo concretamos a continuación de forma sencilla:

• Alto coste de propiedad y de uso: una impresora antigua consume más energía, tiene un mayor coste por página y necesita más mantenimientos que una nueva, lo que se traduce en un mayor gasto que acumulado mes tras mes puede sumar una cantidad de dinero considerable.
• Carecen de funciones nuevas: con el lanzamiento de nuevas impresoras se suelen integrar funciones avanzadas que son de gran utilidad en entornos profesionales, y que obviamente no disfrutaremos en los modelos antiguos.
• Falta de rendimiento: es un problema que se da con bastante frecuencia, sobre todo cuando la empresa ha evolucionado, ha crecido, y sin embargo mantenemos las mismas soluciones de impresión que teníamos años atrás. Puede afectar considerablemente al ritmo de trabajo de la empresa y tener consecuencias muy negativas.

Podemos sacar en claro que una impresora nueva es una inversión, pero que la misma se puede amortizar con gran rapidez gracias a las ventajas que ofrece frente a soluciones antiguas, un tema del que ya hablamos en este artículo.