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Reino Unido habría desarrollado un programa espía para la CIA

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Wikileaks ha publicado una enorme lista de documentos en su web, que ponen de manifiesto que la CIA es capaz de hackear sin mayores problemas todo tipo de dispositivos inteligentes.

Según Reuters, este paquete de documentos tiene el nombre de Vault 7, y la primera parte publicada hasta ahora, denominada Year Zero, incluye 8.761 archivos fechados entre los años 2013 y 2016. En ellos hay documentación detallada sobre sistemas y métodos utilizados por la CIA para acceder a móviles. Incluso se habla de un software espía, denominado «Weeping Angel», utilizado para acceder al micrófono de los televisores inteligentes para escuchar de forma remota las conversaciones mantenidas en las estancias en las que están situados.

En los documentos publicados se puede comprobar que la CIA cuenta con al menos 24 exploits listos para infectar smartphones con Android (los desarrollados para iOS son algunos menos), que le permitían capturar mensajes de sonido y de texto antes de que se les pudiese aplicar cualquier cifrado. Con ellos, por lo tanto, los usuarios de programas protegidos por cifrado, como WhatsApp, Telegram o Confide, no tendrían sus mensajes a salvo de ser capturados de manera remota.

Los organismos encargados del desarrollo de estos exploits no son solo estadounidenses, como la propia CIA o la NSA. Tal como apunta Computerworld, también hay un país europeo que ha intervenido en su creación: el Reino Unido que, a través de su agencia de inteligenciaMI5, habría desarrollado Weeping angel, empleado para espiar a través de varios modelos de televisores inteligentes de Samsung. Al parecer, lo que hace este exploit es agregar un falso modo de apagado al televisor para hacer creer que está apagado cuando en realidad no lo está y puede grabar lo que sucede a su alrededor y enviarlo a un servidor de la CIA.

La CIA no solo habría tratado de acceder a smartphones y a utilizar los televisores como grabadoras encubiertas, sino que también ha estado trabajando, según los documentos publicados, para hackear los sistemas operativos de ordenadores portátiles y de sobremesa (Windows, Linux, Mac OS X), así como routers. Además, todo apunta a que a finales de 2014, el organismo americano estaba intentando dar con una forma de acceder a los sistemas de navegación a bordo de los automóviles.

Según Wikileaks, la publicación de estos archivos de Vault7 es sólo la primera parte de una serie de revelaciones de un paquete de documentos en los que hay varios cientos de millones de líneas de código, y que abarcan la capacidad completa de hackeo de la CIA. Eso sí, los documentos solo muestran porciones de código, no los programas completos necesarios para espiar a través de los dispositivos electrónicos a los que permiten el acceso. Por ahora se desconoce la fuente que ha facilitado el archivo de datos a Wikileaks, y según ha manifestado el grupo en un comunicado, «aparentemente, el archivo ha pasado de una mano a otra entre antiguos hackers y trabajadores externos del gobierno estadounidense sin que tuviesen autorización para distribuirlo. Finalmente, uno de ellos ha proporcionado a WikiLeaks varios trozos del mismo«.

En la documentación también se revela que la CIA, además de las operaciones de ciberespionaje que lleva a cabo desde su cuartel general de Langley (Virginia), también utiliza el Consulado de Estados Unidos en Frankfurt (Alemania) como base para los hackers que se encargan de las operaciones en Europa, Oriente Medio y África. Los hackers que trabajan en él cuentan con pasaporte diplomático y están cubiertos por el Departamento de Estado. Una vez en Alemania, los hackers pueden moverse sin más problemas en la frontera por cualquiera de los 25 países europeos que forman parte del espacio Shengen.

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