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AT&T avanza en redes 5G gracias a Intel Xeon Scalable

AT&T ha sido incluida en el programa de acceso temprano a la nueva familia de procesadores Intel Xeon Scalable.

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AT&T

La futura llegada de las redes móviles 5G promete revolucionar por completo la conectividad. Su altísima velocidad, sumada a una latencia increíblemente baja, darán lugar a un sustancial avance en Internet de las Cosas, vehículos conectados y otros muchos usos, gran parte de los cuales ni siquiera se nos pasan todavía por la cabeza.

Y es que G5 no es solo un salto más de generación, sino que algunas de sus especificaciones hacen que, a diferencia de versiones anteriores (especialmente hasta 3G, incluida), sea el sistema de red de comunicación inalámbrica mejor diseñada para el tráfico de datos. Y esto significa que, entre otras cosas, las propias redes contarán con la inteligencia necesaria para gestionar ese tráfico de la mejor manera posible, lo que también supondrá una enorme mejoría.

Sin embargo, un avance de ese tipo no es sencillo. Estamos hablando de redes inteligentes, diseñadas para dar soporte a miles de millones de dispositivos conectados, y la conectividad de muchos de ellos puede ser un factor crítico, por lo que es imprescindible que la infraestructura esté a la altura de las necesidades. Para tal fin, es necesario un sistema de redes definidas por software, en el que la asignación de recursos pueda ser modificada constantemente, adecuando su distribución a las necesidades de cada momento. Para un usuario esto suena fenomenal, pero para un administrador de redes significa un desafío de enormes dimensiones.

Conscientes de ese problema, AT&T, que ya lleva tiempo trabajando en la definición y puesta en marcha de 5G, ha iniciado una colaboración con Intel, gracias al cual la teleco ha sido incluida en el programa de acceso temprano a la nueva familia de procesadores Intel® Xeon® Scalable, recientemente presentada por la compañía, y que aunque no llegará al mercado de manera masiva hasta finales de año, como ya te contamos, sí que está disponible en determinadas circunstancias.

Y las primeras consecuencias de esta colaboración ya se han dejado notar. Según John Donovan, director de estrategia (CSO) y presidente de AT&T Technology and Operations, que participó en la presentación de la nueva familia de procesadores de Intel, Intel® Xeon® Scalable ya se ha probado en algunas de las infraestructuras responsables de gestión de tráfico real (en entorno de producción, no de pruebas).

El despliegue de esta tecnología se inició en el mes de marzo y, desde entonces, la teleco ha podido constatar una mejora en el rendimiento que cifra en un 30%, con el añadido de que, además, se reduce en un 25% el número de servidores por cluster necesarios para mantener esa mejora en el rendimiento.

Dicho de otra manera, gracias a las novedades de Intel® Xeon® Scalable se puede reducir de manera importante el coste de puesta en marcha o adaptación de una infraestructura y, al mismo tiempo, obtener un mejor rendimiento, disminuyendo así el coste total de propiedad.

Gracias a los excelentes resultados de estas pruebas con Intel® Xeon® Scalable, AT&T se ha marcado el ambicioso objetivo de virtualizar (definiéndolas por software) hasta el 75% de sus redes de aquí a 2020, un objetivo que pasa por llegar al 55% antes de que termine este 2017.

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