Tres problemas que pueden indicar que no estamos utilizado el papel adecuado

El papel es la base de la impresión. Sobre él se realiza todo el proceso de impresión y si no utilizamos un tipo adecuado a nuestras necesidades es muy probable que no obtengamos un resultado óptimo, o que incluso nos veamos afectados por ciertos problemas que pueden limitar la calidad de nuestro trabajo.

Por suerte es muy sencillo identificar cuándo nos encontramos ante problemas que pueden derivar del uso de un papel inapropiado y podemos solucionarlo de manera sencilla y rápida, como veremos a continuación.

1.-Atascos frecuentes en la impresora y problemas de enrollado u ondulado en el papel al imprimir. Suele ocurrir sobre todo al utilizar papeles de bajo gramaje, así que la solución pasaría por comprar un papel de mayor consistencia.

Solución: Basta con utilizar un papel que tenga como mínimo un gramaje de 80 g por metro cuadrado.

2.-Aparición de sombras en los caracteres impresos, así como los textos poco nítidos o definidos y la aparición de distorsiones o manchas que se producen cuando el papel no es capaz de absorber y fijar adecuadamente la tinta durante el proceso de impresión.

Solución: Por lo general también es suficiente con utilizar un papel que tenga ese gramaje mínimo de 80 g por metro cuadrado. En este caso también es importante comprobar que el mismo se encuentre en buen estado y que no presente desperfectos que puedan afectar a su capacidad de absorber la tinta o el tóner.

3.-Anomalías diversas en la impresión de imágenes y fotografías, con colores poco realistas o apagados, así como la presencia de zonas claras o de mezclas “sucias” que dejan la impresión inservible.

Solución: En estos casos lo más recomendable es utilizar papeles pensados para trabajar con fotografías e imágenes, ya que sólo con ellos conseguiremos un resultado verdaderamente óptimo.