Donald Trump y Kim Jong Un ponen fin a su particular Guerra Fría: nuevos vientos

El encuentro entre Kim Jong Un, líder de Corea del Norte, y Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha sido un momento único que marca el final de lo que se había convertido en una auténtica Guerra Fría, y que está llamado a pasar a los libros de historia.

Hace algunos días había dudas sobre el éxito de ese encuentro pero al final la sorpresa ha sido mayúscula, y no sólo por las condiciones del acuerdo que han alcanzado Kim Jong Un y Donald Trump, sino también por las muestras de buenas intenciones de ambos líderes y por las posibilidades que esto representa para Corea del Norte.

No es un secreto, Corea del Norte es un país que ha estado décadas bajo el yugo de una dictadura que ha acabado frenando su desarrollo tanto a nivel tecnológico como social e ideológico. El férreo control de la dictadura norcoreana sobre todos los ámbitos de la sociedad y el aislamiento ha dejado al país anclado en el pasado y con una grave desproporción en lo que a reparto de la riqueza se refiere, algo que podría empezar a cambiar gradualmente tras este acercamiento entre Donald Trump y Kim Jong Un.

De momento está confirmado que Corea del Norte iniciará un programa de desnuclearización. No hay una fecha concreta y queda en manos de ambos mandatarios continuar con las negociaciones necesarias para iniciar y completar dicho programa, lo que significa que las sanciones comerciales todavía siguen establecidas, pero Trump fue muy claro: quiere una declaración de paz duradera y estable.

Kim Jong Un también se mostró positivo y satisfecho tras el encuentro y dijo textualmente:

«El mundo va a ver un gran cambio tras este acuerdo».

La apertura de Corea del Norte al exterior no tiene porque suponer el final de la dictadura de Kim Jong Un, pero puede marcar el inicio de una nueva etapa que incluya fases de modernización tecnológica, desarrollo de un comercio exterior (importaciones y exportaciones) y una nueva legislación mejor ajustada a las bases internacionales de respeto y protección de los derechos humanos.

En ese desarrollo las empresas tecnológicas de todo el mundo podrían encontrar una clara oportunidad de introducirse en un nuevo mercado que desde luego tiene muchos frentes que cubrir.