Bitcoin se hunde por debajo de los 6.000 dólares

El Bitcoin ha vivido una auténtica montaña rusa. La conocida criptodivisa experimentó un crecimiento acelerado durante todo 2017 que la llevó disfrutar de un crecimiento descontrolado y generó una enorme burbuja.

Expertos y analistas coincidían en que Bitcoin era una burbuja y no se equivocaron: tras alcanzar los 20.000 dólares de valor unitario la criptodivisa acaba de caer hasta los 5.880 dólares. Al momento de escribir este artículo se encontraba estabilizada, pero habrá que ver cómo evoluciona en los próximos días antes de sacar conclusiones ya que es imposible descartar que se produzca una nueva caída.

¿Por qué se ha producido esta caída?

Desde que principios de año el sector de las criptodivisas se encuentra inmerso en una clara tendencia a la baja que ha acabado hundiendo el valor de las más importantes. Bitcoin ha sido la más perjudicada por ser la más valiosa, pero no debemos olvidarnos de que Ethereum ha corrido la misma suerte (llegó a superar los 1.000 dólares y ahora ronda los 413 dólares).

En general todas las criptodivisas tienen una gran dependencia del Bitcoin, tanto que si esta cae las demás también. Ese efecto dominó ha sido confirmado por los expertos, y éstos también nos han dado las claves que explican de forma simple la situación actual del sector: pérdida de interés (con la consecuente bajada de la demanda), problemas de seguridad (ciberataques con robos millonarios) e intentos de regulación estatal.

Haciendo una valoración en conjunto esos tres elementos acaban espantando a los inversores, tanto potenciales como reales. La salida de los inversores y el hecho de que no lleguen otros nuevos reduce el número de transacciones, y esto también perjudica al valor de las criptodivisas.

Las criptodivisas tenían una capitalización de mercado de 800.000 millones de dólares en enero de 2018 y ahora mismo apenas rondan los 230.000 millones de dólares. Esta simple comparativa nos permite ver claramente la situación en la que se encuentra el sector y confirmar que no era más que una burbuja que ha explotado.

Puede que los inversores sigan perdiendo interés y que al final su valor se acabe reduciendo a niveles de 2016, pero todos los expertos coinciden en que la tecnología sobre la que se apoyan, el blockchain (cadena de bloques), seguirá representando un valor importante.