Con el apoyo de Uber y Google, llegan a Madrid los patinetes eléctricos de Lime

Podría decirse que vivimos una revolución del transporte. La forma de moverse está cambiando, contamos con más posibilidades adaptadas a cada una de las necesidades y, por supuesto, a la de la ciudad. Gracias a una combinación de tecnología y concienciación del medio ambiente muchos hemos descartado el coche particular como primera opción para moverse por la gran ciudad.

En Madrid ya no sorprende ver bicicletas, coches y motocicletas compartidas. Ahora llegan los patinetes gracias a Lime. Con sede en San Mateo (California), Lime llega a Madrid tras conseguir 335 millones de dólares en una ronda de financiación liderada por Goolge y Uber. La compañía opera ya en 70 ciudades de Estados Unidos y de Europa, desde que fuera fundada tan solo hace 18 meses. Ya ha conseguido un total de 467 millones de dólares en rondas de financiación y este dinero lo invertirán en comprar patinetes eléctricos fabricados en China.

Todavía se desconoce la fecha de llegada, pero se cree que no pasará de este verano. Mientras tanto ya están buscando «Lime juicer». Prometiendo un salario de 500 a 1.000 euros por semana con horarios flexibles, el objetivo es buscar trabajadores (bajo el modelo autónomo) que recojan los patinetes con sus vehículos para cargar las baterías y después soltarlos de nuevo por la ciudad.

No sería la primera empresa de este tipo en llegar a España. De hecho en Sevilla nace UFO, un sistema muy parecido de patinetes compartidos. Desbloquear el patinete supone el gasto de un euro por parte del usuario, cuyo precio se incrementará a 0,15 céntimos por minuto de servicio. Los patinetes cuentan con una autonomía de 20 kilómetros y están pensados para una media de 3 usos diarios.

¿Por dónde puede circular en Madrid un patinete eléctrico?

Esta es una pregunta que se ha complicado recientemente. El pasado julio el ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena aprobaba una nueva ordenanza que tenía como principal regular este tipo de servicios.

Hasta la fecha, tanto bicis como patinetes tenían el permiso del Ayuntamiento de la capital para circular por las zonas reservadas a peatones. Limitado para los primeros y abierto al 100% para los segundos, desde algunos sectores se entendía como un asalto a la seguridad de los viandantes. A partir de ahora, este tipo de vehículos tienen prohibido circular por las aceras y demás espacios reservados a peatones y por carriles bus aunque se autoriza, al igual que en el caso de patines y patinetes, a transitar por itinerarios de parques en los que está permitida la circulación de bicicletas, si estos están compartidos con peatones la velocidad máxima será de máxima de 5 km/h.

Además, el consistorio también pretende retirar de las aceras tanto motos como bicicletas compartidas.

“Motos, ciclomotores, bicis y, tras las alegaciones, también los vehículos de movilidad urbana de los tipos A y B (patinetes eléctricos y segways), tendrán que aparcar en las reservas destinadas a estos vehículos. Si no las hubiera, podrán aparcar en las aceras siempre que dejen más de 3 metros de ancho libre (en la actualidad es en aceras de 3 metros). En aceras de menos de seis metros, paralelamente al bordillo. Y, si la acera tiene más de 6 metros, en semibatería o ángulo junto al bordillo. También tendrán que guardar una distancia mínima de 2 metros respecto a los pavimentos tactovisuales”.

Esta nueva normativa ha sido criticada por residentes madrileños que veían en el patinete eléctrico una oportunidad de desplazarse por la urbe sin contaminar. A pesar de todo, parece que Lime se ha animado a desembarcar en Madrid.