Demanda colectiva contra NVIDIA por mentir sobre su dependencia del minado de criptodivisas

Schall Law Firm, una firma de abogados muy conocida que utilizan a menudo los inversores para «dar un toque de atención» a las grandes empresas, ha interpuesto una demanda colectiva contra NVIDIA porque consideran que la compañía mintió abiertamente sobre su dependencia real del minado de criptodivisas.

Para entender mejor esta demanda colectiva contra NVIDIA debemos remontarnos al año pasado. El minado de criptodivisas experimentó un desarrollo enorme debido a la burbuja que afectó a todo el sector. Los precios de las principales monedas digitales, como Bitcoin y Ethereum, se dispararon.

Todo el mundo quería subirse al tren de las criptodivisas, y para ello era necesario elegir una vía: minar o comprar una determinada cantidad de unidades. El minado de criptodivisas se podía realizar con relativa eficiencia utilizando tarjetas gráficas, siendo los modelos de gama media de AMD los más eficientes por cuestiones de arquitectura.

Esto produjo una alta demanda de tarjetas gráficas que acabó agotando la mayor parte del catálogo de tarjetas gráficas Radeon de AMD, y llevó a una parte del sector del minado de criptodivisas a poner los ojos en las tarjetas gráficas GeForce GTX 10 de NVIDIA.

La situación se volvió tan complicada que tanto NVIDIA como AMD decidieron incrementar la producción de núcleos gráficos de sus principales tarjetas gráficas para cubrir la demanda que venía del sector del minado de las criptodivisas, algo que generó recelo entre los inversores ante los riesgos que conllevaba una desaceleración de dicho sector.

NVIDIA quitó hierro al asunto y dijo textualmente:

«Cualquier caída en la demanda de GPU derivada del sector de la minería de criptomonedas no afectará negativamente el negocio de la compañía, gracias a la fuerte demanda de GPUs que proviene del sector gaming«.

Dicho de otra forma, NVIDIA creía que si «pinchaba» el minado de criptodivisas podrían amortiguar el golpe con la alta demanda que provenía del sector gaming, pero no hicieron bien las cuentas y al final han acabado acumulando una gran cantidad de stock de tarjetas gráficas GTX 10.

No solo no se cumplieron las previsiones de NVIDIA, sino que además el valor de sus acciones ha bajado en un 54% en un periodo de apenas tres meses. Si ponemos todo esto en conjunto podemos entender a la perfección la base que tiene esa demanda colectiva contra NVIDIA, una compañía que tampoco ha terminado de acertar con su última generación gráfica, la serie GeForce/Quadro RTX.