Los ciberataques a infraestructuras y empresas críticas siguieron aumentando con fuerza en 2018

Los ciberataques considerados como más significativos e importantes, que son los que tienen como objetivo las infraestructuras y empresas críticas (agencias del gobierno, empresas de defensa e instituciones financieras), han seguido aumentando de manera notable en 2018. Se sigue así con la estela de los dos años anteriores, que ha llevado, según ITPtoPortal, a una subida del número de estos ciberataques en los últimos tres años del 50%.

Así lo ha manifestado un informe de la consultora legal Linklaters, que cifra en 67 los incidentes relevantes relacionados con la ciberseguridad en el periodo comprendido entre enero y octubre del año pasado. Estos incidentes han costado a las empresas más de 1 millón de dólares. Para que nos hagamos una idea de la subida que han experimentado, en todo 2016 hubo 41.

Tanto Corea del Norte como Irán, dos de los principales focos de ciberataques a entidades e infraestructuras críticas, han aumentado su actividad al respecto en los últimos dos años. A Corea del norte se le acusa de siete incidentes relacionados con la seguridad cometidos en 2018. Mientras, a Iran se le acusa de cometer seis, frente a uno en 2016 y dos en 2017.

A ambos países se les une Rusia, que también ha recibido acusaciones de varios países occidentales de preparar y realizar varios ciberataques dañinos contra instituciones políticas británicas. Pero también contra empresas y medios de comunicación de Reino Unido. Y según acusaciones del FBI, contra infraestructuras de Estados Unidos.

Tanguy Van Overstraeten, socio de Linklaters, ha manifestado al respecto que «a medida que los ciberincidentes siguen aumentando y los cibercriminales ganan en sofisticación, es probable que veamos más nuevas tecnologías convertirse en vulnerables a la explotación. Algunos ejemplos de esto podrían incluir el potencial uso dual de la Inteligencia Artificial tanto como ciberamenaza como solución de ciberseguridad. También la creación de riesgos mayores, debido a la cada vez mayor recolección de datos a través de Internet de las cosas y a las comunicaciones entre máquinas«.