AMD cierra 2018 con los mejores resultados de los últimos siete años

Hace cosa de tres años AMD pasaba por un momento complicado. Los números rojos se acumulaban en cada conferencia trimestral de resultados, pero lo peor era que los analistas no tenían fe en el gigante de Sunnyvale. Seamos honestos, pocos creían que AMD iba a poder volver a competir de tú a tú con Intel, y muchos auguraban el final de dicha compañía.

AMD se lo jugaba todo a una carta con la arquitectura Zen y optó por no hacer demasiado ruido. Mientras creían las voces que hablaban de un hundimiento inevitable y que llegaban a apuntar incluso a una posible compra de la compañía por parte de empresas como Samsung la firma de Lisa Su se preparaba para dar un auténtico puñetazo sobre la mesa: Zen.

La arquitectura Zen llegó a principios de 2017 y potenció todas las generaciones de procesadores de nueva generación que lanzó AMD, desde los Ryzen 1000 para consumo general hasta los procesadores EPYC para servidores y centros de datos.

No fue un salto baladí. En términos de IPC Zen estaba prácticamente al nivel de Skylake de Intel, dio el salto a los 14 nm, permitió la llegada de productos muy económicos y además alcanzó máximos de 8 núcleos y 16 hilos en consumo y de 32 núcleos y 64 hilos en el sector profesional. AMD no solo estaba viva, sino que además volvía a hacer frente al gigante del chip en todos los sectores clave.

En 2018 llegó la arquitectura Zen+, que fue la consagración de todo lo que vimos en Zen. Se mantuvo la base de aquella y los bajos precios de venta, se redujo el proceso de fabricación a 12 nm, se mejoró el soporte y la compatibilidad con memorias DDR4 de alta frecuencia y se elevó el IPC entre un 3% y un 5%. Este año veremos el debut de Zen 2 en 7 nm.

La estrategia de AMD ha sido todo un acierto, y sus últimos resultados lo confirman. El gigante de Sunnyvale cerró el cuarto trimestre de 2018 con unos ingresos (GAAP) de 1.420 millones de dólares, una cifra que representa un aumento del 6% frente a los 1.340 millones de dólares registrados durante el cuarto trimestre de 2017. Si hacemos una comparativa con los datos del tercer trimestre de 2018, 1.650 millones de dólares, vemos una caída del 14%.

En total AMD ha terminado 2018 con unos ingresos de 6.480 millones de dólares, cifra que representa un crecimiento del 23% frente a los 5.250 millones de dólares obtenidos en 2017 y que se convierte en el mejor resultado de la empresa en los últimos siete años.

Este resultado no habría sido posible sin la buena acogida que han tenido sus procesadores Ryzen, que mejoraron sus ventas en un 5%, y su serie de soluciones gráficas Radeon, aunque la CEO de AMD, Lisa Su, ha destacado también el peso que ha tenido el crecimiento de los envíos de sus procesadores EPYC y de sus soluciones GPU para centros de datos.

La división de soluciones gráficas semi-personalizadas experimentó una caída del 39%, pero es un resultado perfectamente comprensible, ya que éste depende en gran medida de Xbox One y PS4, y de sus versiones PS4 Pro y Xbox One X, equipadas con APUs semipersonalizadas de AMD. Dado que todas estas consolas se encuentran en la última etapa de su fase de vida es normal que Sony y Microsoft demanden cada vez menos chips a la firma de Sunnyvale.

Sabemos que las sucesoras de Xbox One y PS4 tendrán de nuevo un corazón semipersonalizado por AMD, así que es solo cuestión de tiempo hasta que esta división de la compañía vuelva a mejorar sus ingresos. Terminamos hablando de ingresos netos, que ascendieron a 337 millones de dólares en 2018 y 38 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2018.