Dell comienza a digerir la deuda heredada de EMC

El pasado mes de diciembre Dell tomó una decisión cuanto menos sorprendente. Tras haberse retirado del NASDAQ hace seis años, la compañía decidía volver a cotizar en Bolsa, escogiendo esta vez el índice de Nueva York (NYSE) como mercado. En ese tiempo, la compañía ha vivido una profunda transformación, que entre otras cosas se ha traducido en la adquisición de EMC (2016) y la recompra de acciones de VMware (2018).

Así las cosas, la tecnológica ha presentado hoy sus primeros resultados públicos (último trimestre y año fiscal 2019) desde su vuelta al parqué. Y para alivio de sus nuevos accionistas, los datos son buenos. Su cotización ha progresado más que adecuadamente en el índice neoyorquino y ha empezado a controlar las pérdidas.

En el último trimestre los ingresos operativos aumentaron en 331 millones de dólares con respecto al año pasado, cuando la empresa declaró que pérdidas operativa de 69 millones. De forma similar  la compañía ha reportado un aumento del 8% en sus ingresos totales, llegando hasta los 24.000 millones de dólares.

Por su parte, en el último año fiscal, los ingresos han llegado hasta los 91.300 millones, un 15% más que en el año anterior. Con todo y aunque el ritmo de las pérdidas ha disminuido notablemente,  la digestión de EMC sigue siendo algo pesada: el último año fiscal se ha cerrado con un incremento en sus pérdidas de operacionales de 191 millones de dólares que han contribuido a conformar unas pérdidas netas de 2.100 millones. Desde la adquisición, Dell Technologies ha tenido que desembolsar casi 14.600 millones en deuda bruta.

Por otro lado la multinacional también ha actualizado los resultados de VMware, que ha presentado unos ingresos de 2.600 millones de dólares en el último trimestre y de 9.100 millones en el último año.