A Fondo
Google y la Unión Europea: una década de enfrentamientos por prácticas monopolísticas
Este pasado miércoles, la Unión Europea ha impuesto a Google una fuerte multa: 1.490 millones de euros. Las razones que se han dado para esta multa obedecen a las prácticas monopolísticas de la compañía en Europa en su servicio publicitario AdSense, dado que los de Redmond utilizaban este servicio para evitar mostrar anuncios en búsquedas de la competencia de la compañía.
No es la única multa de Google en los últimos tiempos. De hecho, es la tercera en los últimos dos años. En 2018, la UE multó a la compañía con 4.340 millones de euros, y en 2017, con otros 2.400 millones de euros. En ambos casos, por prácticas anticompetitivas. La primera fue por abuso de posición dominante con el sistema operativo para dispositivos móviles Android. La segunda, por otorgar trato de favor a su comparador de precios Google Shopping sobre su competencia, una investigación abierta en julio de 2016. En ambos casos, Google ha recurrido la sanción ante el Tribunal de Justicia de la UE, aunque todo apunta a que como mucho, sólo logrará una rebaja en la multa.
Todo empezó con una queja de Foundem
Visto desde fuera, podría parecer que a tenor de estas sanciones las relaciones entre la Unión Europea y Google no pasan por un buen momento. Es posible, pero no sólo desde hace un par de años. Los enfrentamientos entre las autoridades de la UE y los de Mountain View se remontan a 2009, por lo que ya llevan una década de enfrentamientos, según Reuters. De hecho, el caso por el que ha recibido esta última multa se remonta a una queja interpuesta ante la UE en 2010 nada menos que por Microsoft.
El primero se remonta a noviembre de 2009, cuando según The Verge un sitio web de comparación de precios de Reino Unido, Foundem, se quejó a la Comisión Europea por el servicio de búsqueda online de Google. Foundem era entonces un motor de búsqueda vertical, que conseguían la mayoría de tráfico de búsquedas de productos en Google y otros motores. Pero poco después de su lanzamiento, Google comenzó a enterrar sus resultados mucho más allá de la primera página de resultados, mientras promocionaba los del servicio de comparación de la compañía, que entonces se llamaba Froogle y luego derivó en Google Shopping.
Google aseguró que Foundem fue degradado porque la mayoría de su contenido eran enlaces a otras páginas, y porque el sitio ofrecía poco contenido original. Pero la pareja creadora de Foundem, los Raffs, llevaron el caso al tribunal de la competencia de la UE, alegando que la compañía les había puesto deliberadamente en la lista negra. Finalmente, en 2017, la Unión Europea les dio la razón, y multó a Google con 2.700 millones de dólares.
Las quejas por monopolio van en aumento
Las quejas de la actividad de Google y su abuso de poder siguen acumulándose mientras tanto, y el 30 de noviembre de 2010, la Comisión Europea anuncia la apertura de una investigación a raíz de 18 quejas por abuso de posición dominante en búsquedas online en Europa.
Esto lleva a que en abril de 2013, la empresa decidiese ofrecer algunas concesiones relacionadas con las búsquedas online y su red publicitaria AdSense para acabar con las preocupaciones sobre competencia que le muestran las autoridades de la UE. Eso sí, sin admitir que hubiesen hecho algo malo. A finales de ese mismo mes, Google intenta incluso conseguir declaraciones de rivales y usuarios de que, efectivamente, ha llevado a cabo las concesiones anunciadas.
FairSearch.org se queja de monopolio en Android
Con todo, la compañía contaba desde principios de ese mismo mes. El colectivo FairSearch.org, compuesto por varias grandes tecnológicas, entre las que están Microsoft, Nokia, Oracle, TripAdvisor y Expedia, presentó una demanda ante la UE alegando que la compañía utilizaba una conducta engañosa con el objetivo de bloquear a su competencia en móviles con el sistema operativo Android.
Los miembros de FairSearch.org, nada menos que 125, se quejaban de que a pesar de que Android ofrece a sus aplicaciones de manera gratuita, los usuarios del sistema tienen que tener precargados otros servicios de Google para que las apps puedan funcionar. Es más, califican a Android de Caballo de Troya para monopolizar el mercado móvil y los datos del consumo de sus usuarios.
A raíz de esto, Google tuvo que negociar, y consiguió llegar a un acuerdo con FairSearch. Entre otras cosas, Google ofreció mostrar los logos de la competencia en las búsquedas y destacar sue enlaces. Además, en las zonas de anuncios de búsqueda de compras, Google aceptó un recorte de 10 a 3 centavos en las ofertas mínimas de los anunciantes que aceptaba. Asimismo, las condiciones que impedían que los anunciantes moviesen sus campañas a otras plataformas se volvían más flexibles. No lo hacía por motivos altruistas, obviamente, sino para evitar pagar la multa que le impuso la Comisión Europea por poner obstáculos a la competencia: 5.000 millones de dólares.
Las investigaciones avanzan
Pero los miembros de FairSearch no parecían muy convencidos con los cambios, y la investigación siguió adelante. Mientras, en febrero de 2014, Google llevó a cabo más cambios y concesiones en sus búsquedas online. En mayo, el que entonces era el Comisario de Competencia Europea, el español Joaquín Almunia, señaló que la información que se recibiese de los participantes en FairSearch.org sería vital para determinar si aceptaba o no como suficientes las concesiones que había hecho Google.
Pero el proceso comenzó a dilatarse, y en septiembre, Almunia confirmó que no sería capaz de llegar a conclusiones sobre el caso abierto contra Google antes de terminar su mandato, que finalizó en octubre de 2014. El caso dio un nuevo paso adelante el 15 de abril de 2015, fecha en la que la UE acusó a Google de bloquear a la competencia en su servicio de comparación de compras. Además, abrió una investigación sobre el sistema operativo para smartphones de la compañía, Android.
La UE sigue su investigación y en abril de 2016 envía un pliego de cargos a Google en la que detalla las prácticas anticompetitivas en las que ha incurrido Google en lo relacionado con los fabricantes de smartphones con Android y de apps para dicho sistema operativo y a mediados de julio de 2016, la Unión Europea presenta cargos adicionales contra el servicio de compras de Google.
Finalmente, a pesar de las quejas de Google de que no había hecho nada malo, la investigación derivó en 2017 en los 2.400 millones de multa que mencionamos al principio. Todo un historial de denuncias, quejas y multas que ha hecho que Google tenga ya que abonar varios miles de millones a la UE.
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