Uber condiciona su rentabilidad al coche autónomo

La salida a bolsa de Uber está marcada para el próximo mes de mayo, una fecha que inversores y analistas tienen marcada en el calendario por su indiscutible importancia, pero que ha generado un gran revuelo, sobre todo tras las últimas valoraciones que ha emitido la compañía afincada en California.

Hay dos grandes claves que debemos valorar en este sentido. La primera es el propio aviso que ha lanzado Uber en su relación de riesgos, y es que la compañía no garantiza que pueda llegar a ser rentable, y la segunda es que asocia ese objetivo de lograr una rentabilidad sostenida al éxito de sus planes relacionados con el desarrollo de coches autónomos.

Es curioso, muy curioso, sobre todo cuando se ha demostrado de una manera tan clara que los conductores aportan, con sus particularidades, un valor claro a Uber como servicio. Sin embargo la compañía estadounidense explica esta cuestión de una manera muy acertada, y al mismo tiempo confirma que no prescindirá del personal humano ni a corto ni a medio plazo.

En un manual dirigido a los inversores donde habla de diferentes cuestiones previas a su salida a bolsa Uber dice que los coches autónomos son una parte fundamental de su estrategia a largo plazo porque hacen posible una conducción más segura y eficiente, algo que unido a la eliminación de la figura del conductor puede ayudar a reducir de forma considerable el coste de dichos servicios sin que bajen los ingresos.

Podemos sintetizar todo eso en una idea muy sencilla, los coches autónomos mejorarán los servicios de Uber y les permitirán reducir tarifas sin sacrificar ingresos, lo que en teoría debería permitirles atraer a un mayor número de consumidores.

Uber cerró 2018 con unas pérdidas de más de 3.000 millones de dólares y mantiene una fuerte inversión en I+D (unos 1.500 millones de dólares en 2018) para seguir adelante con el desarrollo de coches autónomos, un proyecto que está sacando adelante con socios del calibre de Toyota, Daimler y Volvo.

La apuesta de la compañía que dirige Dara Khosrowshahi es tan ambiciosa como arriesgada. No hay duda de que es una mirada clara al futuro, pero sus costes son muy elevados y el riesgo es muy grande. ¿Acertará Uber? Solo el tiempo nos dará la respuesta.