Las negociaciones entre Japón y Corea del Sur para resolver su crisis han fracasado

Japón y Corea del Sur siguen enfrascados en una crisis que se agrava por momentos. Las disputas iniciadas tras la resolución del Tribunal Supremo de Corea del Sur en relación al deber de resarcimiento de por los trabajos forzados durante la ocupación japonesa despertaron a los demonios del pasado, algo que al gobierno nipón, liderado por Shinzo Abe, no le ha gustado nada.

La salida de Corea del Sur de la lista blanca de exportaciones de Japón podría ser un duro golpe, ya que dicho país controla buena parte de los materiales clave para la fabricación de componentes tan importantes como chips de DRAM, memoria NAND Flash y pantallas para dispositivos móviles, tres productos clave para la economía surcoreana.

Es imposible anticipar qué consecuencias tendrá una restricción a las exportaciones de Japón a Corea del Sur para la economía a nivel internacional, ya que no estamos ante un veto total sino ante una medida que exigirá una autorización previa que conlleva un plazo de 90 días, pero muchos expertos dan por hecho que subirá el precio de la memoria RAM, y puede que también el de la memoria NAND Flash. Si esto se confirma el precio de los smartphones, y de todos los productos que utilicen dichos componentes, podría experimentar también una subida a medio plazo.

Durante el último encuentro celebrado entre ambos países para intentar poner fin a esta polémica no solo se ha producido un fracaso absoluto, sino que además Japón ha dado a entender que las restricciones que ha impuesto sobre Corea del Sur, y la valoración de la posible expulsión de dicho país de su lista blanca de exportaciones, se debe a que tienen sospechas de que han pasado materiales a Corea del Norte.

Según la prensa japonesa hay sospechas de que algunos materiales exportados de Japón a Corea del Sur, como el fluorido de hidrógeno, que se puede utilizar para hacer armas químicas, han llegado posteriormente a Corea del Norte. Son acusaciones muy graves, ya que el régimen de Pionyang está sujeto a un férreo bloqueo internacional, y cualquier país que se atreva a obviarlo puede acabar sufriendo sanciones internacionales importantes.

Corea del Sur ha lamentado las acusaciones de Japón, y ha afirmado que carecen de base alguna. También ha invitado a Naciones Unidas a realizar una investigación independiente para que puedan lavar su imagen y demostrar que son inocentes. Si esto ocurriera Japón quedaría en el ojo del huracán, ya que habría mentido en un tema muy grave para ocultar que sus medidas son, única y exclusivamente, una represalia a la citada resolución del Tribunal Supremo de Corea del Sur.