El iPhone 11 centra la carrera de las cámaras en la inteligencia artificial

La presentación del iPhone 11, y sus versiones Pro y Pro Max, confirmó una renovación contenida y poco arriesgada por parte de Apple. Una vez más la compañía de la manzana ha apostado por mantener diseño y calidad de acabados, y ha centrado las mejoras más importantes en el hardware.

Julie Ask, analista de la firma Forrester, dijo en su momento que la configuración a nivel de pantalla y de cámaras es clave para vender smartphones, una realidad que estamos viendo claramente reflejada en el sector, y que Apple ha hecho suya con el iPhone 11. La pantalla de esta nueva generación tiene una tasa de muestreo táctil de 120 Hz y raya a un gran nivel, aunque la gran estrella ha sido, sin duda, la tecnología que la firma de la manzana ha aplicado a sus cámaras.

Aunque el iPhone 11 tiene una configuración diferente a la de los modelos Pro y Pro Max que cuentan, respectivamente, con dos y tres cámaras, la tecnología «Deep Fusion» está presente en los tres. Con ella Apple ha centrado sus esfuerzos en la inteligencia artificial aplicada a la fotografía y ha ido más allá del hardware, dando forma a un sistema que compite directamente con las soluciones de gigantes como Google, quien lleva un tiempo siguiendo este enfoque en su serie Pixel.

Ya no basta con tener el SoC más potente o la mejor pantalla, y tampoco con montar tres o hasta cuatro cámaras con diferentes funciones, estas tienen que saber hacer bien su trabajo, tienen que capturar la mejor imagen posible para que el usuario disfrute de una experiencia óptima, y es ahí donde la inteligencia artificial entra en juego.

El sistema «Deep Fusion» del iPhone 11 se apoya en la unidad de procesamiento neural de ocho núcleos que integra el SoC A13 de Apple, un silicio muy potente que ha superado «sin despeinarse» a alternativas tan conocidas como el Snapdragon 855. Cuando el usuario toma una foto este sistema lleva cabo varias capturas de larga y corta exposición, analiza las imágenes y las combina para obtener el mejor resultado posible.

No hay duda, el hardware importa. Un buen juego de cámaras determina en gran medida la experiencia de uso, pero el respaldo de un sistema de inteligencia artificial que las haga funcionar de manera óptima puede marcar una diferencia abismal. Google lo ha demostrado durante años con los Pixel, y Apple lo ha reafirmado con los nuevos iPhone 11.