Cómo proteger tu centro de datos del COVID-19

En los últimos días os hemos contado qué aspectos tienen que tener en cuenta los CIO para salvar los posibles obstáculos que ya está presentado el coronavirus, o de qué forma podemos trabajar desde casa son seguridad.  Ahora damos un paso más para contaros qué medidas resulta recomendable implementar en el centro de datos. En este caso y siguiendo especialmente las directrices que trasladan desde el Uptime Institute una de las instituciones de referencia a la hora de diseñar, construir y gestionar centros de datos. Algunas de las principales son las siguientes:

Adaptar los planes de respuesta al COVID-19

No son muchas las empresas cuyos planes de respuesta ante desastres incluyen protocolos de actuación ante pandemias. Pero esto no quiere decir que ante la situación actual haya que empezar desde cero.

Basta con adaptar a las particularidades del escenario actual, los protocolos de actuación definidos para el peor de los escenarios contemplados en los planes de contingencia: huracanes, terremotos, incendios, etc. en definitiva, a cualquier situación que prevea un acceso realmente limitado al CpD.

Crear un plan de contingencia escalonado

No es necesario pasar desde la normalidad de hace unas semanas a una política de aislamiento total. Buenas prácticas en este terreno incluyen el desarrollo de un plan de contingencia escalonado de entre tres y cinco niveles.

De esta forma y de manera progresiva se deberán implantar medidas que van desde precauciones razonables hasta los peores escenarios, como puede ser una operación de «apagado de luces» o incluso el cierre completo del centro de datos.

El plan debe identificar claramente las medidas que se van a adoptar en cada nivel y qué circunstancias provocarán que se pase a nivel siguiente. Una de las variables que se puede tener en cuenta en este caso, puede ser el porcentaje de personas que van a estar de baja debido a la enfermedad (menos del 25%, entre el 25%-50%, etc.)

Limpieza del centro de datos

Si algo hemos aprendido del COVID-19 es que hay que extremar las medidas de limpieza. Es cierto que por su propia naturaleza los centros de datos suelen ser espacios bastante limpios pero en este caso conviene profundizar las tareas de higiene y desinfección: con más frecuencia, con más intensidad.

En crisis como las del coronavirus, los equipos de limpieza se van a convertir en una de las partes fundamentales de nuestro equipo, sus herramientas, nuestras mejores aliadas.

Establece protocolos sanitarios

A las medidas de control de acceso habituales al centro de datos, debemos añadir las propias relacionadas con la vigilancia de la salud.

Para ello se pueden poner en marcha distintas iniciativas: ofrecer gel desinfectante a las personas que van a entrar en el centro de datos, utilizar termómetros sin contacto como parte de los procedimientos de acceso, establecer un proceso de cambio de turno que permita la rotación de personal a distancia, crear un checklist sobre medidas de limpieza para el personal que va a entrar en el centro, etc.

Protege la cadena de suministro, «estresa» las VPN

En una situación como la que estamos atravesando, debemos prepararnos ante una posible interrupción de la cadena de suministro: cableado, racks, combustible…además deberemos identificar que mantenimiento no esencial se puede aplazar en caso de ser necesario.

Pero por otro lado, teniendo en cuenta que esta situación obliga a teletrabajar a cada vez más personas, es necesario llevar a cabo pruebas de estrés sobre las VPN, preparándolas para el peor de los escenarios, esto es: que no se pueda dotar de personal al centro de datos y que solo pueda accederse al sistema de gestión del centro de forma remota.

Convierte tu centro de datos en una infraestructura crítica

Una de las ventajas de contar con un plan de respuesta integral de COVID-19 es que puede ayudar a las empresas a proponer que su centro de datos sea considerada como infraestructura crítica.

De ser así, el Gobierno y las autoridades podrían llegar a incluirlo entre los centros que forman parte de las «excepciones» que se aplican en cuanto a libertad de movimientos y capacidad de trabajar de forma presencial.