Opinión
Cómo Bill Gates se ha convertido en el nuevo enemigo de la extrema derecha americana
A Donald Trump no le gusta que le lleven la contraria. Y si decide que Estados Unidos va a cortar los fondos a la Organización Mundial de la Salud, porque a su modo de ver actúa a los dictados de China, espera que cada uno de 328 millones de habitantes de su país cierre filas. Así que cuando alguien tan importante como Bill Gates no solo critica públicamente su decisión, sino que afirma que desde la «Fundación Bill y Melinda Gates» va a incrementar su donación a la OMS hasta los 250 millones de dólares, sabe que almenos mediáticamente, tiene un problema.
¿Y cómo resuelve Donald Trump muchos de sus problemas? Con esa «fórmula clásica» que consiste en echar gasolina al fuego. O lo que es su especialidad: señalar a su base más radicalizada de votantes el nuevo objetivo a batir, como si fuera una presa de caza. Así, no ha pasado ni una semana para que miles de miembros de lo que en Estados Unidos se conoce como Alt Right (la extrema derecha rural blanca) han puesto a Bill Gates en su diana, llegando a acusarle de alto tan surrealista como ser el responsable de la nueva pandemia.
Terraplanistas, conspiranoicos y antivacunas en acción
En un discurso pronunciado en 2015 en un evento TED, Bill Gates aseguraba que el próximo gran peligro al que se enfrentaría la humanidad no sería una guerra nuclear o una gran catástrofe derivada del cambio climático, sino un virus tan potente que mataría a millones de personas en todo el mundo.
Y no es que fuese un iluminado. La ciencia llevaba años advirtiendo que algo así podía pasar. Ya en 2007, un estudio de la Universidad de Hong Kong aseguraba que la presencia de un gran reservorio de virus como el SARS-CoV en murciélagos junto con la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China, era una «bomba de relojería» para la aparición de nuevos virus similares. Y hace cinco años, como director de una investigación de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Chapel Hill, Ralph Baric publicó un estudio titulado “Un grupo de coronavirus, similar al SARS, que hoy circula en murciélagos, muestra potencial para la aparición en humanos”. Y no son los únicos.
Pero claro ninguno de estos científicos tiene el «tirón» de Bill Gates. En las últimas semanas su discurso ha tenido más de 25 millones de visualizaciones en Youtube. Visualizaciones que se han disparado cuando grupos de activistas anti-vacunas, miembros del conocido grupo conspiranoico QAnon y lobbys de extrema derecha han acordado utilizar este vídeo como prueba inequívoca de que uno de los hombres más ricos del mundo planeó utilizar una pandemia para hacerse con el control de los principales sistemas de salud del planeta.
Es así como de un día para otro Bill Gates se ha convertido en el protagonista involuntario de cientos de vídeos en Youtube, artículos en Facebook o campañas de difamación en Twitter en las que entre otros delirios, se le acusa de ser el creador del COVID-19, de querer enriquecerse aún más gracias a una supuesta vacuna que ya habría desarrollado en secreto o incluso, de utilizar esa misma vacuna para controlar a la humanidad.
Todo esto podría resultar hasta divertido hasta que se analiza la magnitud del fenómeno. Según Zignal Labs, una consultora de análisis de medios, los bulos relacionados con el coronavirus y que tienen a Bill Gates como protagonista ya se han convertido en los más difundidos en Estados Unidos. Como fake news, la compañía ha detectado más de 16.000 artículos publicados en Facebook (que han acumulado más de 900.000 «me gusta» y comentarios) y en Youtube, diez de los vídeos más populares que difunden sinsentidos sobre Gates, acumularon más de cinco millones de visualizaciones en marzo y abril.
A estos grupos no solo les molesta que Gates se haya comprometido con la OMS, sino que en sus frecuentes intervenciones en los medios de comunicación, ataque frontalmente la política que está llevando a cabo la Administración Trump en relación con esta pandemia. Molesta que recomiende el distanciamiento social, el confinamiento en casa, el uso de mascarillas y en definitiva, que promocione todas las medidas se han demostrado efectivas para parar el COVID-19. Los pistoleros de la segunda enmienda se manifiestan en cambio por su libertad individual para seguir haciendo lo que les venga en gana, «no matter what».
Las bases republicanas de Trump quieren convertir a Bill Gates en un meme. Lo cual es un pelirgo porque no sería de extrañar que cuando finalmente llegue la vacuna a Estados Unidos, millones de personas se nieguen a ponérsela, convencidos como estarán que se trata de un malvado plan para la dominación mundial.
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