A Fondo
Empresas con historia: Nintendo
Leemos, vemos series, intentamos hacer algo de ejercicio y también, no vamos a engañarnos, jugamos. Porque como nos recuerdan nuestros compañeros de MC, en esta época de confinamiento forzado, muchos hemos aprovechado para dedicarle más tiempo a los videojuegos. Los largos fines de semana de cuarentena se han hacen algo más cortos si pasamos horas recorriendo el enorme mundo abierto de «Final Fantasy XIV», construyendo nuestros sueños en «Minecraft» o en mi caso, explorando el espacio infinito de «No Mans’s Sky».
De las tres grandes empresas que dominan hoy en día el mundo de los videojuegos, Microsoft, Sony y Nintendo, únicamente esta última vive exclusivamente de esta forma de entretenimiento, lo que le ha llevado a crear un universo propio que para bien o para mal, solo puede entenderse en sus propios términos.
Así que hoy, en nuestro serial de empresas con historia, repasamos parte de la trayectoria de la creadora de personajes tan icónicos para la industria como Mario Bros o Link y desde luego, la que mejor ha comprendido que el jugador no solo quiere que le seduzcan con potencia bruta y pirotecnia, sino que le cuenten buenas historias.
Fusajiro Yamaguchi y su Koppai
La compañía que acabaría por convertirse en la Nintendo que todos conocemos, fue fundada en 1889 por Fusajiro Yamauchi, un joven japonés de 29 años, que lanzó al mercado su compañía bajo el nombre de «Nintendo Koppai» (Koppai en japonés quiere decir cartas o juego de cartas). Su primer juego de tablero se inscribía en la corriente Hanafuda y se vendía como conjuntos de cartas elaboradas sobre corteza de morera. A medida que el juego ganó en popularidad, Yamaguchi fue capaz no solo ya de distribuir, sino de vender directamente sus juegos de cartas en tiendas exclusivas.
La atención al detalle y el esfuerzo de Yamauchi consiguieron que Nintendo se labrase una gran reputación en este nicho de mercado y que en pocos años, se convirtiera en la empresa más importante del país en este ámbito. En el siglo XIX eso no era cualquier cosa.
La tradición japonesa de jugar a las cartas hunde sus raíces en el siglo XVII cuando la importación y distribución de este tipo de cartas había llegado a ser prohibida en país por los serios problemas de apuestas ilegales y adicción al juego. Por supuesto esto no sirvió para mucho y pronto algunos productores de cartas «locales» tomaron el relevo. «Hanafuda» bebía por lo tanto de esa tradición pero utilizaba imágenes en vez de números para precisamente, desincentivar las apuestas económicas, girar su uso hacia un «ocio moderno» y conseguir el visto bueno de las autoridades.
Sobre «Hanafuda» Nintendo elaboró distintos mazos de cartas, cada uno contando su propia historia. De estos el conocido como «Daitouryou» (o el mazo de Napoléon) se convirtió en el más popular y de hecho hoy en día se sigue produciendo y vendiendo en país asiático. En 2007 la mucho más moderna Nintendo volvió de hecho a recuperarlos, lanzando en este sentido un nuevo mazo basado en los personajes de Super Mario Bros.
El camino hacia la primera consola: De la Color TV-Game 6 a Computer Othello
A medida que la compañía crecía Nintendo comprendió que había futuro más allá de las cartas y progresivamente fue presentando todo tipo de juguetes y juegos de mesa. Fusajiro se retiró en 1929 con 70 años y la empresa pasó a ser dirigida por su yerno, Sekiryo Kaneda, que cambió su nombre por el de Sekiryo Yamauchi.
A principios de los años 70, la compañía comenzó a interesarse por los juguetes electrónicos, por lo que formó una joint venture con Sony para entrar en este mercado, lanzando pequeños juegos electrónicos portátiles.
El éxito de Atari en Estados Unidos pero sobre todo el lanzamiento de la consola «Magnavox Odissey» en 1972, acabó por convencer a los directivos de Nintendo que ese era el segmento al que se tenían que dirigir para seguir creciendo, tanto en su país natal como en nuevos mercados como el americano.
Esto se tradujo en 1977 en el lanzamiento de su primera consola «seria»: Color TV-Game 6. Si no os suena demasiado es porque no hay demasiado que destacar. Además de su característico color naranja chillón, la primera consola de los japoneses nacía siendo básicamente un clon del Pong, incluyendo eso sí, seis modos de juego diferentes. Aunque la producción de la consola fue reducida, la acogida fue bastante buena lo que llevó a la marca a presentar en 1978, la Color TV-Game 15, básicamente una evolución de la anterior pero con un diseño más amigable y más variedad de juegos relacionados con Pong.
A estos dos modelos le siguieron en años sucesivos la Color TV-Game Racing 112 que incluía un rudimentario juego de carreras y la posibilidad de dos jugadores y la Color TV-Game Block Breaker, que como habréis intuido ya, era un clon del juego de Atari, Block Breaker. La última consola de esta generación fue la Computer TV-Game presentada en 1980 y que incluía el primer juego de Arcade desarrollado íntegramente por Nintendo: Computer Othello, basado precisamente en el popular juego de mesa.
Shigeru Miyamoto y la nueva Nintendo
Si hay una figura que todos asociamos a Nintendo es la de Shigeru Miyamoto, cuya contribución al mundo de los videojuegos le ha valido entre otros muchos reconocimientos, la concesión en 2012 del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Su relación con Nintendo comienza en 1977, cuando conoce a Hirsohi Yamauchi, tercer presidente de la compañía y nieto de Sekiryo Kaneda. Por su habilidad con los pinceles, Yamauchi lo destinó en su primer contrato como «artista del personal» y su labor era la de decorar los paneles de las máquinas de juegos que podían encontrarse en las salas recreativas de cualquier ciudad.
Sin embargo a medida que la compañía invertía en este tipo de máquinas, Miyamoto empezó a participar activamente en la concepción (que no programación) de algunos videojuegos como «Sheriff» pero sobre todo de «Radar Scope», que al ser completamente re-escrito por Miyamoto acabaría convirtiéndose en 1981 en el famoso «Donkey Kong».
Con Donkey Kong, se marcó la primera vez que la formulación de la trama de un videojuego precedió a la programación, en lugar de ser añadida muy simple en el último momento. A Doney Kong seguirían otros títulos para máquinas Arcade como «Donkey Kong Junior», «Popeye» y sí «Mario Bros», probablemente el personaje de videojuegos más conocido de todos los tiempos.
Con esta base de juegos y personajes, Miyamoto jugaría un papel más que decisivo para sostener la posición de la compañía en Estados Unidos, en una apuesta que años antes había amenazado con llevar a la bancarrota a la empresa y lanzar en 1985 una de las consolas más importantes de la historia: Nintendo Entertainment System (conocida en Japón como Famicom). En la NES se estrenaría «Super Mario», al que seguiría «The Legend of Zelda», «Kid Icarus» y «Earthbound». Supuso un antes y un después para la industria.
A partir de aquí, como suele decirse, el resto es historia. El equipo formado por Yamauchi y Miyamoto produciría consolas como la SNES, Nintendo 64, Game Boy, GameCube y hasta las más modernas Nintendo DS, Wii o ese éxito espectacular que responde al nombre de Nintendo Switch. Y por supuesto nuevos personajes y juegos como Super Mario Kart, Metroid Prime, Eternal Darkness: Sanity’s Requiem o Star Fox.
Nintendo hoy en día
Como la de todas las compañías la historia de Nintendo es también la de sus rivales y primero Sega, pero sobre todo después Sony y Microsoft han obligado a la compañía a reinventarse una y otra vez…con el mérito de no abandonar sus señas de identidad: entretenimiento familiar y máquinas de juego que parten de la premisa que muchas veces menos (potencia, gráficos, espectacularidad) puede ser más.
Y esto a veces funciona muy bien (véase Nintendo Wii) o a veces es cierto, puede convertirse como en el caso de Wii U en un fracaso espectacular. Pero con Switch, de la que en su momento se pronosticaba que la cosa no iba a funcionar, han vuelto a dar en el clavo.
La consola cerró el pasado mes de diciembre con unas cifras que superaron todas las estimaciones posibles: 11 millones de unidades vendidas en un trimestre, superando así la cifra de 50 millones de consolas vendidas en menos de tres años. Esta cifra podría quedarse incluso pequeña teniendo en cuenta que la demanda de sus consolas se ha disparado tanto en la actual pandemia que se han agotado las existencias.
En los últimos años la compañía también ha dado su brazo a torcer y ha entrado en el mundo de los juegos móviles con un resultado eso sí, algo desigual. Porque si bien es cierto que ha encandilado a medio mundo con su juego de realidad aumentada Pokemon Go, no parece que haya acabado de dar con la tecla adecuada a la hora de llevar sus juegos más populares a plataformas como iOS o Android.
En cualquier caso, que nadie se engañe: tenemos Nintendo para rato.
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