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Anthony Levandowski: de genio de los coches autónomos a ser sentenciado a 18 meses de cárcel

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Es uno de los mayores expertos en vehículos autónomos del planeta. Pero para un tribunal federal de Estados Unidos, Anthony Levandowski también es un ladrón de secretos industriales y como tal, merecedor de una condena a 18 meses de cárcel por hacer lo que no debía mientras trabajaba para Waymo, la unidad de vehículos autónomos de Alphabet.

Además, según se afirma en la sentencia, Levandowski deberá pagar como compensación 756.499 dólares a Waymo, una multa de 100.000 dólares y prestar servicios sociales.

De Otto a Uber

La historia de Levandowski comienza como tantas otras, como la de un visionario capaz de vender la mejor de las ideas a Google. Tanto que en poco tiempo no sólo se convierte en uno de los ingenieros más respetados en Waymo, sino en uno de los más cercanos a Larry Page uno de los fundadores de Google.

Levandowski sin embargo quiere más y decide dejar la multinacional para fundar Otto, su propia empresa de camiones autónomos. Antes incluso de lanzar un vehículo al mercado, en 2016 la compañía pasa a manos de Uber, que la adquiere por 600 millones de dólares. Ya integrado en su nueva empresa, Levandowski será el encargado de dirigir el primer programa de vehículos autónomos de la startup, ganándose la confianza plena de Travis Kalanick, su fundador y CEO.

No tardarían en complicarse las cosas. Un año más tarde Waymo demanda a Uber por el supuesto robo de secretos industriales, apuntando al conocido ingeniero como el máximo responsable. Curiosamente, ambas compañías no tardaron en llegar a un acuerdo que se materializa en la entrada de Waymo en Uber con una participación en acciones por un valor de 245 millones. Pero como hemos visto, para Levandowsky el fiscal quiere mucho más.

En agosto de 2019, el tribunal que ahora le condena, le acusa de 33 cargos de robo o intento de robo de propiedad intelectual, asegurando que el ingeniero había descargado miles de documentos de Waymo que contenían planes sobre el desarrollo de futuros vehículos autónomos. Y aunque se llega a un primer acuerdo extra-judicial que le evita una sentencia de 10 años de cárcel, su “falta de arrepentimiento” (no devuelve los archivos robados) no le evitan una condena.

Para el que era uno de los rostros más conocidos de Silicon Valley, la sentencia en un “game over” en toda regla y aunque de momento la entrada en prisión no es inminente (no lo será mientras dure la pandemia), parece complicado que vuelva a ganarse la confianza de los grandes.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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