PS5 y Xbox Series X: la guerra de los 150.000 millones de dólares

PS5 y Xbox Series X van a librar una de las guerras más épicas de la historia en el mercado de las consolas de videojuegos. Ambos sistemas cuentan con el respaldo de dos gigantes tecnológicos que acumulan un importante «equipaje» en el sector, y que tienen a sus espaldas años de experiencia entreteniendo a generaciones muy diferentes.

Es cierto que Sony parte, en ese sentido, con cierta ventaja, ya que se inició en el mundo de las videoconsolas antes que Microsoft, pero el gigante de Redmond ha sabido jugar muy bien sus cartas con su consola de nueva generación y ha combinado con maestría tres claves importantes que podrían darle una importante victoria:

• Retrocompatibilidad total con Xbox One y Xbox 360, y retrocompatibilidad parcial con Xbox.
• Amplio abanico de servicios, con el Game Pass como principal valor.
• Hardware de alto rendimiento: Xbox Series X es más potente que PS5.

El mercado de los videojuegos ha sido uno de los grandes beneficiados por la pandemia de la COVID-19. Las diferentes fases de la pandemia, y los correspondientes confinamientos, han disparado el consumo de ocio electrónico y ha elevado a este sector hasta los 150.000 millones de dólares.

Es una cifra enorme que confirma, en resumen, que el mercado de los videojuegos se ha convertido en un pastel muy jugoso, y tanto Sony como Microsoft luchan por hacerse con el trozo más grande.

Si echamos un vistazo a los resultados de la generación actual, está claro que Sony ha sido la gran vencedora. PS4 ha sido la consola más vendida, y Nintendo se ha apuntando un tanto importante con la Nintendo Switch, una consola que llegó tarde y con un hardware inferior al de Xbox One, pero que sin embargo ha acabado por convertirse en todo un éxito de ventas.

Con Xbox Series X, y Xbox Series S, Microsoft tiene la oportunidad de resarcirse del «mal resultado» que ha obtenido en la guerra de las consolas de la presente generación, y puede repetir aquella magnífica pugna que libró contra Sony en la generación de Xbox 360 y PS3, una guerra generacional que fue, sin duda, la más igualada que hemos visto hasta la fecha.

Jugar en tiempos de pandemia se ha convertido en una realidad clara, en una válvula de escape que ha disparado el valor de las consolas, de los servicios y de todo lo que rodea al mundo del videojuego. Las consolas no solo permiten al jugador evadirse de la realidad y disfrutar de ratos de ocio, también le dan la oportunidad de socializar y de vivir nuevas experiencias desde la seguridad de su hogar.

Sony ha realizado una apuesta bastante conservadora, y por primera vez en años no parece tener una clara ventaja frente a Microsoft, ya que la compañía de Redmond ha dado forma a una consola más «redonda», tanto por potencia como por servicios y por compatibilidad. ¿Logrará Microsoft alzarse con la victoria en la guerra de la nueva generación? Lo veremos.