A Fondo
Virtualización para principiantes: cinco grandes ventajas a tener en cuenta
Hace muchos años que la virtualización forma parte de la operativa TIC de la mayoría de las empresas. Y es que salvo en las compañías muy pequeñas, en las que la carga de trabajo puede resolverse sin invertir demasiado en recursos tecnológicos, pronto se vuele evidente que se mire por donde se mire, la virtualización compensa casi siempre.
¿Qué tienen que tener en cuenta aquellos que nunca se lo han planteado? Por supuesto, a distinguir entre los distintos hipervisores del mercado o lo que es un contenedor para aplicaciones. También a que, aunque es una tecnología realmente interesante, también tiene ciertos riesgos asociados, especialmente si no se cumplen con los requisitos recomendados de hardware. Pero más allá de esas comprobaciones iniciales, todo suelen ser ventajas. Estas son las principales.
Flexibilidad operativa
La ventaja más obvia que la virtualización es que permite trabajar con distintas instancias de un sistema operativo, o incluso con sistemas operativos diferentes (Linux, Windows) desde una misma consola de administración. Por otro lado, de la misma forma que se pueden virtualizar sistemas operativos, también pueden virtualizarse otro tipo de recursos tecnológicos, como aplicaciones, almacenamiento, redes… de modo que el software se «abstrae» del hardware sobre el que corre.
Esto facilita que los profesionales de IT puedan trabajar con todo tipo de aplicaciones, con independencia del S.O. y alinea sus recursos tecnológicos. Por otro lado, al simular la experiencia de utilizar múltiples computadoras al mismo tiempo, se aprovechan al máximo los recursos de los distintos servidores, que pueden dar servicio a múltiples infraestructuras y sistemas.
Pero a la vez, la virtualización permite además que cada sistema permanezca aislado por completo, lo que añade una capa de seguridad a las operaciones de la empresa.
Reducción de costes
Los costes IT de una empresa no solo se incrementan a la hora de adquirir nuevo hardware, sino que se extienden a lo largo de todo el ciclo de vida de cada workstation. Así, a la inversión inicial hay que añadir otras como el mantenimiento del popio hardware, consumo eléctrico o pago por licencias.
Es cierto que la mayor parte de las oferta de virtualización (VMware, Microsoft, etc.) también exigen el pago de una licencia por el uso de este tipo de programas, pero desde luego, el consumo de recursos que se desprende de los entornos virtualizados, es sustancialmente menor que el que genera el contar con distintos sistemas y arquitecturas de hardware diferentes.
Con la virtualización las empresas se aseguran que hay menos “hierro” que mantener y menos necesidades de actualizar constantemente sus sistemas.
Gestión centralizada
La virtualización facilita una gestión centralizada de los distintos sistemas IT, lo que incrementa la eficiencia de la empresa en este área y, en última instancia, mejora la productividad.
Gracias al uso de máquinas virtuales, las compañías tienen la oportunidad de consolidar prácticamente toda la gestión IT de la organización desde una única consola de administración.
Esto por supuesto es mucho más eficiente que la gestión individualizada de distintos dispositivos físicos y, cuando le dan una oportunidad, la mayoría de las empresas descubren que no existe una forma más sencilla de hacer un seguimiento exhaustivo de todas sus aplicaciones, sistemas operativos, espacios de almacenamiento, infraestructura de red, etc.
En los últimos años la virtualización ha llegado también a los propios puestos de trabajo gracias a tecnologías como VDI, que permiten poner en marcha un “equipo nuevo” y altamente securizado con solo dos o tres clics.
Planificación del departamento IT
A la hora de planificar las necesidades TIC de una empresa, la mayoría opta por establecer horizontes temporales de cinco años, en los que se negocia tanto el presupuesto como los recursos necesarios para mantener la infraestructura IT de la organización operativa a corto y medio plazo.
En compañías que se encuentran en crecimiento, se requiere una inversión constante en nuevas herramientas tecnológicas, por lo que la adquisición de nuevos equipos o el coste de mantenimiento se plantea en estos quinquenios como el principal punto del día a negociar.
En este terreno, teniendo en cuenta que las máquinas virtuales son altamente escalables y predecibles, desarrollar este tipo de planes resulta mucho más sencillo cuando se cuenta con un entorno altamente virtualizado. Agregar nuevas aplicaciones o eliminar los sistemas operativos que ya no se necesitan no supone un sobrecoste adicional, por lo que resulta fácil hacer todo tipo de estimaciones.
Disaster Recovery
Aunque en todo entorno tecnológico la instauración de una buena política de copias de seguridad y disaster recovery está más que aconsejado, esa operación se facilita bastante al contar con un entorno virtualizado.
Debido a que las máquinas virtuales hacen copias regulares de su historial de operaciones – copias que se pueden rastrear y volver a poner en marcha según sea necesario – hay poco riesgo de pérdida de datos en caso de un fallo inesperado de hardware. Además, debido a que la sobrecarga de hardware en un entorno virtual es insignificante, el servidor corre menos riesgos de sufrir un fallo grave en el sistema.
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