Los empleados de Alphabet, matriz de Google, ponen en marcha un sindicato

Los trabajadores de Alphabet, matriz de Google, han dicho basta. Están hartos de la situación que viven en sus puestos de trabajo. Tampoco están conformes con la compañía para la que trabajan actualmente, y han decidido unirse para poner en marcha un sindicato al que hasta ahora ya se han afiliado 226 de sus empleados. Los creadores del sindicato han anunciado que está abierto a todos los que trabajan para Alphabet. Incluso para los freelance, los trabajadores temporales y los que lo hacen a tiempo parcial. En total, pueden unirse a este sindicato todos los que quieran de los 120.000 empleados que trabajan para Alphabet.

Así lo han asegurado los fundadores del Alphabet Workers Union (Sindicato de trabajadores de Alphabet) en un comunicado que han emitido de manera conjunta con el Communications Workers of America (Trabajadores de comunicaciones de Estados Unidos), entidad de la que forma parte el nuevo sindicado de la matriz de Google.

Además de este comunicado, el Presidente y Vicepresidente del nuevo sindicato han publicado un artículo de opinión en el New York Times, en el que recuerdan que el lema de Google cuando se creó solía ser «don’t be evil (no seas malvado)». Ambos apuntan que ya no lo es, pero que «una plantilla organizada nos ayudará a estar a la altura de ello«, es decir, de hacer que la compañía se comporte como cuando tenían dicho lema. Además, han añadido que «durante demasiado tiempo, miles de nosotros en Google, y otras filiales de Alphabet, la matriz de Google, hemos visto como nuestras preocupaciones sobre el trabajo eran desestimadas por los directivos. Ambos hemos escuchado a colegas, algunos nuevos y otros con más de una década de experiencia en la empresa, que han decidido que trabajar para Alphabet no es ya una elección que puedan hacer sinceramente«.

Tanto en el comunicado como en el artículo se hace referencia a varios incidentes ocurridos en el seno de la compañía en los últimos tres años, que han llevado a los empleados de Alphabet a unirse para protestar contra decisiones tomadas por la dirección. En 2018, miles se opusieron al contrato de drones conocido como Proyecto Maven firmado por Google con el Departamento de defensa, que además ocasionó al menos una docena de dimisiones. Google decidió no renovar el contrato. También protestaron contra el Proyecto Dragonfly.

Ese mismo año, un poco más adelante, varios miles de empleados de Google se concentraron para protestar contra la mala gestión de acusaciones de mala conducta y acoso sexual en el seno de la empresa. Diversos directivos que habían dejado la empresa entre acusaciones de mala conducta pudieron hacerlo a hurtadillas llevándose decenas o incluso cientos de millones de dólares como compensación, lo que derivó en una demanda de accionistas contra Alphabet.

Al parecer, la gota que ha colmado el vaso para los empleados de Google ha sido el reciente despido de una reputada investigadora de ética en Inteligencia Artificial, Timnit Gebru, que describió la decisión de la empresa de bloquear la publicación de su trabajo de investigación como parte de una actitud pervasiva en Google de silenciar voces marginalizadas, incluyendo la de personas de color y mujeres.

Google no se ha tomado generalmente bien la resistencia organizada de sus trabajadores. En 2019 contrató para hacerles frente a una consultora dedicada a la lucha contra los sindicatos, IRI Consultants. Además, a finales de 2019 despidió a varios empleados que tenían cierto peso interno en la organización interna de los empleados de la compañía.

Por otra parte, la Junta nacional de relaciones laborales de Estados Unidos ha asegurado no hace mucho que estos despidos que acabamos de mencionar se realizaron como venganza, de manera ilegal, contra los esfuerzos de la plantilla de la compañía de organizarse. También han apuntado que Google cuenta con un historial notable de intervención, limitación y coacción a los empleados implicados en actividades de organización colectiva.