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La falta de talento podría frenar el desarrollo de la informática cuántica
La computación cuántica no es ya el futuro, sino cada vez más, el presente de la informática. De ser un campo de investigación y promesas, se ha convertido en uno de los campos de desarrollo más interesantes para la industria tecnológica. Y es que con aplicaciones prácticas como el procesamiento de enormes volúmenes de datos, la resolución ágil de problemas complejos, o el desarrollo de modelos empresariales mejorados, ninguna compañía puntera quiere que la nueva «Next big thing» se les pueda escapar de las manos.
El de la cuántica es sin embargo un terreno complejo. En estos momentos, probablemente el que más. Esto quiere decir que si ya en otras áreas IT atraer y retener el mejor talento se ha convertido en los últimos años en una tarea titánica, cuando de lo que se trata es de juntar qubits, hablamos de una misión prácticamente imposible.
Tal y como os hemos apuntado en otras ocasiones, y como nos recuerdan los chicos de CNET, el principal problema que encontramos en esta disciplina no es tanto que compañías como Google, IBM o Honeywell tengan que «pelearse» por el mejor talento y por lo tanto, ofrecer salarios más altos, sino que que independientemente de lo que quieran pagar, el talento disponible es realmente escaso. Los conocimientos que se necesitan son tan especializados y complejos, pero a la vez, involucran tantos campos, que sencillamente no hay perfiles que se adapten a los puestos.
Por norma general, los profesionales que desarrollan su carrera en esta industria, necesitan tener conocimientos avanzados de matemáticas, física cuántica e informática. No es algo que se encuentre en un curriculum vitae típico. De hecho, como reconocen la mayoría de las empresas de este pequeño pero floreciente sector, no se encuentra.
Samantha Edmondson, CEO de la startup británica «Universal Quantum», los explica en la publicación americana de la siguiente manera: «Necesitamos ingenieros de hardware clásico, ingenieros de software, matemáticos, expertos en simulación y modelización… y es todo un desafío…Si contratamos a un ingeniero, no tiene conocimientos de física; si contratamos a un físico, no está acostumbrado a trabajar en el terreno de la computación…»
Al ser un campo de investigación bastante nuevo, las universidades tampoco están ofreciendo ningún grado o curso de posgrado que aborde los problemas que se derivan de la informática cuántica, o que forme a nuevos profesionales que puedan comenzar a trabajar en esta industria desde el primer momento. A la vez y a medida que los conocimientos IT que son necesarios para entrar en la industria son cada vez más complejos, estamos asistiendo a un fenómeno que muestra cómo cada vez menos jóvenes se interesan por estudiar carreras STEM.
¿De qué forma abordan este problema las compañías que quieren destacar en la cuántica? Por supuesto, intentando atraer el poco talento que tienen a su disposición en el mercado, pero sobre todo invirtiendo en formación. Empresas como Universal Quantum selecciona a los alumnos más destacados de carreras como física, matemáticas o ingeniería informática para a continuación introducirlos en un programa de formación pagado (de 3 a 6 meses) en los que se les orienta hacia aspectos determinados de la cuántica hacia los que podrían orientar su carrera.
Estos programas de formación resuelven parte de los problemas a los que se enfrentan las empresas, pero también son un lujo, ya que supone que una plantilla hiper-especializada debe pasar aproximadamente el 20% de su tiempo, en tareas de formación, en lugar de trabajar en la resolución de los «problemas reales» a los que la organización se enfrenta. Esto que puede hacerse sin demasiado coste en las empresas más grandes (IBM, Google, Microsoft), puede llegar a ser inasumible para las empresas más pequeñas, creándose así un «embudo de talento» que acaba por limitar la competencia.
Otra solución pasa porque varias empresas inviertan en programas externos, en auténticas aceleradoras de computación cuántica. Un ejemplo es Qatalyst, un espacio que sirve como aceleradora para proyectos y aplicaciones cuánticas, a la vez que forma a nuevos perfiles profesionales que en el futuro pueden sumarse a las empresas del sector.
Finalmente y en lo que coinciden cada vez más expertos, es que s necesario repensar la forma en la que se forman los alumnos ya en la universidad, de modo que su apuesta pasa por exponerlos a ultimísimas tecnologías como la cuántica desde el primer momento, bajando del marco teórico de los grandes principios al terreno de lo práctico. Si la falta de talento preocupa cada vez más es porque paradigmas tan prometedores como la cuántica, pero también otras tecnologías como las nuevas realidades extendidas o el desarrollo de nuevos materiales, pueden estar en peligro por este motivo. Y es que tener los conocimientos, pero no el capital humano necesario, puede convertirse en el gran freno a la innovación en los próximos años.
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