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Europa completa la primera fase de su proyecto de independencia en la fabricación de chips
La denominada Iniciativa del Procesador Europeo, o EPI, ha cerrado ya la primera fase de sus esfuerzos para crear chips en Europa, según queda reflejado en el informe de fin de año de la entidad. Con este paso, la EPI espera reducir la dependencia de las importaciones, mejorar las capacidades de soberanía de la región y contribuir a la creación del primer superordenador a exaescala del continente.
En el informe se detallan varios objetivos conseguidos. Entre ellos la especificación de Rhea, la primera generación de la implementación del Procesador de Propósito General de EPI, así como de sus derivadas futuras. Rhea se ha desarrollado utilizando la arquitectura de procesador Neoverse V2 de ARM, pero también tiene 29 núcleos RISC-V desplegados como controladores. La compañía diseñadora del chip es la francesa SiPearl, que se asoció con Atos para el diseño.
Según manifestó a The Register el pasado mes de octubre el CEO de SiPearl, Philippe Notton, para los superordenadores se acoplará a los chips Rhea la próxima aceleradora de GPU Ponte Vecchio de Intel. Además, Rhea empleará un controlador de potencia RISC-V desarrollado por la Universidad de Bolonia y ETH Zurich. Utiliza «control avanzado y algoritmos de Inteligencia Artificial para la gestión de potencia en SoCs a gran escala«.
Otro de los logros de esta fase ha sido el trabajo en seguridad IP, que ofrece seguridad IP soberana para HPC y procesadores en el edge avanzada y con criterios comunes certificados. Un resultado de este esfuerzo es una especie de «pieza cifrada» que se puede integrar en otros chips abiertos.
El desarrollo del prototipo de chip de prueba del Acelerador de procesos europeo (EPAC) ha sido otro logro de esta primera fase. El Barcelona Supercomputing Center y la Universidad de Zagreb (Croacia) han desarrollado unidades de proceso vectorial para computación de alto rendimiento y bajo consumo. Tiene su base en el núcleo RISC-V Avispado, de Semidynamics. También se ha conseguido otro prototipo para una plataforma integrada de computación de alto rendimiento integrada y para el kit de desarrollo software asociado, destinado al mercado de automoción.
La mayoría del trabajo de EPI se realiza con base en la arquitectura RISC-V, a la que se suele denominar el Linux de los chips, ya que hay numerosos ingenieros colaborando en el diseño, establecimiento y mejora de su arquitectura. La creó en 2010 un grupo de investigadores y su licencia es gratuita. Ofrece un diseño modular que permite a los desarrolladores elegir extensiones que agreguen funciones de proceso de vectores especializado, seguridad y virtualización.
En la actualidad, la EPI tiene 28 socios de 10 países europeos, todos colaborando en el diseño de chips. La primera fase de esta iniciativa tenía un presupuesto de 79 millones de euros, con fondos para startups, empresas e investigadores basados en Europa.
Se espera que el proyecto refuerce las cadenas de suministro local mediante la construcción de más fábricas por el continente, con el objetivo de lograr capacidad para conseguir la soberanía en Europa en su fabricación, además de abordar la crisis por la escasez de chips que ha ralentizado al producción de todo tipo de dispositivos. La segunda fase de la iniciativa de la EPI comenzará el próximo año 2022, y se centrará en llevar a fase de producción los chips que se han desarrollado durante la primera fase.
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