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Intel y AMD habrían suspendido la venta de chips a Rusia
Intel y AMD habrían dejado de servir chips a Rusia. En las últimas horas se han acumulado indicios de que ambas multinacionales tecnológicas habrían suspendido los envíos de componentes a la Federación Rusa, cumpliendo así con las sanciones impuestas desde Estados Unidos por la invasión de Ucrania.
Otras noticias apuntan que además TSMC también habría decidido sumarse a esta iniciativa, lo que en la práctica supone frenar en seco la capacidad de Rusia para abastecerse de componentes electrónicos clave tanto en el área militar, como en cualquier otra área industrial del país euroasiático.
En un escueto comunicado, Intel ha explicado que la empresa «cumple con todas las regulaciones y sanciones de exportación aplicables en los países en los que opera, incluidas las nuevas sanciones emitidas por la OFAC [Oficina de Control de Activos Extranjeros] y las regulaciones emitidas por la BIS [Oficina de Industria y Seguridad]» lo que vendría a confirmar de forma tácita la suspensión de envíos; AMD e Nvidia de momento, no se han pronunciado de forma pública a este respecto.
Tenemos sin embargo más pistas si hacemos caso a las noticias que publican medios rusos especializados en TI. En este sentido, publicaciones como RBC aseguran que las suspensiones han sido confirmadas por la Asociación de Desarrolladores y Fabricantes de Electrónica de Rusia (ARPE). Al mismo tiempo, empresas tecnológicas chinas que venden servidores equipados con procesadores de estas marcas, habrían sido advertidas de que no pueden servir sus productos a Rusia.
Hay sin embargo mucha confusión sobre hasta dónde se extiende el impacto de estas sanciones en la cadena de suministro de TI. Las recientes restricciones a la exportación de componentes clave se aplican en principio a los chips principalmente pensados para la industria militar, o a los que podrían tener un doble uso, tanto civil como militar.
Esto implicaría que en principio, la mayoría de los chips orientados al consumidor final, como los Ryzen de AMD o la línea Core de Intel, no deberían verse directamente afectados. Pese a ello y mientras que ambos fabricantes deciden qué líneas de negocio pueden seguir operando con normalidad en Rusia y cuáles otras deben dejar de hacerlo, el envío de nuevos procesadores se habría suspendido por completo de forma temporal.
Las únicas excepciones se encontrarían en el suministro de componentes necesarios para garantizar la seguridad en los vuelos civiles, la seguridad marítima, las necesidades humanitarias que se puedan desprender de este conflicto armado, la cooperación ruso-estadounidense en los distintos programas de exploración espacial y los que sirvan para mantener la actividad comercial de las subsidiarias rusas de las distintas corporaciones occidentales.
Son numerosas las empresas y multinacionales estratégicas rusas que para su buen funcionamiento, dependen de los procesadores de Intel y AMD, incluyendo algunas tan importantes como Yandex, o las supercomputadoras que gobiernan el Sberbank, el mayor banco del país y cuya filial europea (Sberbank Europe AG) estaría a punto de declararse en quiebra debido al deterioro de su posición de liquidez.
Para la mayoría de las compañías del país gobernado por Vladímir Putin se abre ahora un periodo de gran incertidumbre. Las que no hayan sido sancionadas de forma directa y que a medio plazo puedan adquirir material electrónico autorizado, puede que tengan que poner en marcha peticiones individualizadas para la importación y exportación de componentes, lo que podría demorarse más de seis meses.
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